Casi tres horas de show (bastante tedioso y falto de ritmo, todo hay que decirlo) nos han llevado al resultado que esperábamos y Carlos se ha alzado con el título de Masterchef 2015 (y con el trofeo feísimo ese que parece comprado en el chino).
Pero, en contra de lo que ocurriera en las temporadas anteriores, esta vez no ha habido el sacrificio que muchos esperábamos con Sally y hemos podido ver en la final a los que realmente lo merecían, Carlos y Sally. Y ha sido una final de nivel, con platos de muchísima calidad, donde ante un nivel tan parejo, lo que ha decantado la balanza ha sido sobre todo que el manchego ha adoptado mayor riesgo que Sally.
No puedo evitar mencionar en esta introducción, que en este último programa hemos conocido el sitio más snob del mundo, donde por 1700 euros te hacen un espectáculo de parque temático cutre que convierte tu comida en un exclusivo y claustrofóbico coñazo, que finalmente tienes que suplementar aunque sea con una hamburguesa del MacDonalds, para no volver a casa con el estómago a medias.
Carlos agarra el trofeo pero lo que quiere son los 100.000
Pero, en contra de lo que ocurriera en las temporadas anteriores, esta vez no ha habido el sacrificio que muchos esperábamos con Sally y hemos podido ver en la final a los que realmente lo merecían, Carlos y Sally. Y ha sido una final de nivel, con platos de muchísima calidad, donde ante un nivel tan parejo, lo que ha decantado la balanza ha sido sobre todo que el manchego ha adoptado mayor riesgo que Sally.
No puedo evitar mencionar en esta introducción, que en este último programa hemos conocido el sitio más snob del mundo, donde por 1700 euros te hacen un espectáculo de parque temático cutre que convierte tu comida en un exclusivo y claustrofóbico coñazo, que finalmente tienes que suplementar aunque sea con una hamburguesa del MacDonalds, para no volver a casa con el estómago a medias.