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Ceviche de salmón, aguacate y naranja

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Con esta receta participo en el Reto de Enero de Cocineros de Mundo en Google+ en el apartado de salado.

Hace mucho tiempo que tenía ganas de preparar un ceviche, un plato prácticamente desconocido en nuestra gastronomía hasta hace cuatro días pero que ahora se ha popularizado de tal manera que empieza a ser frecuente encontralo en las cartas de los restaurantes.



El ceviche (o cebiche, que de las dos maneras es correcto) es un plato preparado con base de pescado, marisco o carne, no se cocina en el fuego sino que se macera con un aliño cítrico. Se suele combinar con verduras crudas y con especias o hierbas que matizan su sabor. Son platos frescos y, en mi opinión, deliciosos y ofrecen un sin fin de posibilidades de preparación. Si a eso sumamos que ahora las naranjas están en su mejor momento, podemos marcarnos esta refrescante combinación que no te dejará indiferente.
A la hora de elaborar este ceviche es importante que el pescado sea de buena calidad, fresco y firme, para que aguante bien el marinado manteniendo su sabor y textura. Debemos ser prudentes con el aliño cítrico , porque si nos pasamos conseguiremos que sólo sepa a limón. Además, le vamos a añadir unos toques picantes que combinan muy bien con el jugoso dulzor de la naranja y la acidez del aliño.



INGREDIENTES (Para 4 personas) 
  • 300 gramos de salmón fresco (que tendremos que congelar al menos 24 horas por aquello de Anisakis)
  • 1 aguacate hermoso no muy maduro
  • 1 cebolla morada mediana
  • Una naranja
  • Un chile rojo
Uno de este tipo
  • Un poco de perejil o cilantro fresco (el que más te guste)
  • El zumo de un limón 
  • El zumo de una lima
  • Unas gotas de salsa de tabasco (al gusto)
  • Sal (al gusto)



PREPARACIÓN 

1. Cortamos el pescado en cubos de entre 1 y 2 cm de arista. Una manera muy buena de extraer los trozos de pescado nos la enseñó Bárbara Amorós en Top Chef (por fin podemos decir que aprendimos algo en este programa). Se usa una cuchara de postre que iremos clavando en el pescado y tirando hacia nosotros, los trozos se desprenden con mucha facilidad. La gran ventaja de este método es que se cortan las fibras musculares lo cual facilita la maceración y confiere al pescado una textura más agradable que se integra mejor con el resto de los ingredientes.

2. Exprimimos la lima y el limón y añadimos el jugo filtrado sobre el pescado en un bol. Añadimos sal, mezclamos bien, tapamos con film transparente y lo ponemos en la nevera mientras preparamos el resto de los ingredientes.

3. Cortamos la cebolla morada muy fina, el chile más fino todavía y descartamos las semillas. Pelamos muy bien la naranja eliminando todas las partes blancas y la cortamos en trozos aproximadamente iguales que los del pescado. Por último, cortamos el aguacate en dados del mismo tamaño que el pescado y la naranja.

4. Añadimos todos estos ingredientes sobre el pescado y removemos todo bien. Volvemos a tapar y al frigorífico otra media hora como mínimo.

5. Antes de servir escurrimos un poco si vemos la mezcla muy caldosa. Probamos y corregimos de sal si hace falta, añadimos el perejil o cilantro picado finamente y unas gotas de tabasco. Mezclamos bien.

6. Usando aros de emplatar servimos nuestras cuatro raciones y decoramos con perejil o cilantro fresco. Si no tienes aro de emplatar no pasa nada, un alegre montoncillo y listo, reconozco que desde que me los han regalado me he venido arriba y me veo un poco en plan José David con las tonterías estas.




UN POCO DE CIENCIA 
  • Aunque mucha gente piensa que es originario de Perú (y los peruanos lo llevan muy a gala), el ceviche se prepara en muchos paises de América y no está tan claro donde se inventó.
  • En el ceviche, el pescado se cocina en frío gracias al ácido contenido en el zumo de los cítricos. La carne se volverá blanquecina por el efecto de dichos ácidos sobre las proteínas del pescado.
  • Anisakis es un género de nematodos (gusanos) parásitos que eventualmente pueden encontrarse en el pescado, pueden causar daño grave en los humanos por reacciones alérgicas por lo que hay que evitarlos a toda costa. Cuando se consume pescado crudo o semicrudo una de las maneras de eliminarlo es congelando el producto durante al menos 24 horas.
  • Ácido, dulce, picante; cremoso, crujiente, jugoso, la mezcla de sabores y texturas es impresionante y es lo que hace de este plato un auténtico creador de adictos.
  • Es un plato muy equilibrado, destacan el aporte de lípidos de alta calidad por parte del salmón y el aguacate. El zumo de limón tiene un efecto muy beneficioso para el organismo, fortalece las defensas y tiene un efecto antioxidante y depurativo. También conviene destacar el importante contenido en minerales y fibra alimentaria.
  • El aporte energético de una ración de este ceviche de salmón, aguacate y naranja  está en torno a 225 Kcal.
  • El coste de este plato rondaría los 1,80 € por comensal.



Sopa de rape, mejillones y langostinos

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Ahora que aprieta el frío, el cuerpo pide cocinar cosas que, además de combatirlo, ayuden a entonarte un poco. Si tienes buenos ingredientes, esta sopa de rape, mejillones y langostinos es un triunfo seguro, un lujazo que merece la pena darse de vez en cuando.


¿Qué hace falta para tener una gran sopa de pescado o marisco?
  • Un caldazo que nos servirá como base del sabor del plato
  • Un buen refrito que aporte textura y matices al caldo
  • Una buena cantidad de pescado y marisco de calidad que nos recuerden que esto es algo más que agua hervida.

En este caso, la base del caldo la dan las espinas del pesado, las cáscaras de los langostinos y el jugo que sale de abrir los mejillones al vapor. El refrito lleva pimiento, tomate, cebolla, pan frito, almendras fritas y un toque de pimentón, mientras que los tropezones son de rape desmenuzado, mejillones y langostinos. Con estos mimbres, si no me sale bueno es para que guarde mis cuchillos y...ya sabéis.



INGREDIENTES (Para 8 personas) 
  • Una cola de rape de unos 800 gramos
  • Una cabeza de rape pequeña (de 1 kg a 1,2 kg)
  • 1 kg de mejillones
  • 300 gramos de langostinos (o gambones)
  • 50 gramos de pan (rebanadas)
  • 75 gramos de almendras enteras crudas
  • Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
  • 1 cebolla mediana
  • 1 pimiento italiano grande
  • 1 tomate grande
  • Media cucharadita de pimentón dulce o agridulce (al gusto)
  • Sal (al gusto)
  • Pimienta negra molida (al gusto)
  • 150 gramos de arroz bomba (opcional)


PREPARACIÓN 

1. En una cacerola grande ponemos a hervir 3 litros de agua a fuego vivo (en mi caso 7.5 de 9)

2. Cuando el agua empiece a humear ponemos la cabeza de rape que previamente habremos lavado bien bajo el grifo. Colocamos sobre la cabeza la cola del rape (si no cabe, córtala en dos trozos). La cola sólo la vamos a tener 10 minutos por lo que al ponerla encima nos facilitaremos la tarea a la hora de sacarla.

3. A los diez minutos después de empezar a hervir, sacamos la cola del rape, la colocamos en un plato y extraemos toda la carne de la espina. Reservamos la carne y volvemos a meter la espina en el agua.

4. Pelamos los langostinos, reservamos las colas y echamos al agua las cabezas y las cáscaras.

5. Mientras va haciéndose el caldo, se irá formando espuma en la superficie, por lo que habrá que desespumar cada vez que haga falta.

6. En otra cacerola amplia ponemos los mejillones a los que habremos quitado todas las fibras y suciedad que podamos. No añadimos agua, simplemente tapamos la olla y lo ponemos a fuego bajo. Los mejillones irán soltando agua a medida que se vayan abriendo y se harán en el vapor de su propio jugo (unos 20 minutos). Cuando ya estén abiertos los mejillones, los sacamos de la olla, les quitamos la cáscara y los reservamos. Quedará en la olla un caldo turbio con un olor delicioso que añadiremos a la olla del caldo principal filtrándolo a través de un colador.

7. Mientras que el caldo sigue a lo suyo, prepararemos el refrito. Ponemos en una sartén  un fondo de AOVE a fuego fuerte, y cuando esté caliente freímos las rebanadas de pan y las almendras hasta que estén tostados. Los sacamos, bien escurridos y los ponemos en el vaso de la batidora.

8. En ese mismo aceite ponemos la cebolla y el pimiento cortados finamente, dejamos que se pochen dos o tres minutos. añadimos entonces el tomate cortado en dados pequeños y dejamos sofreir hasta que las verduras estén bien hechas.

9. Apartamos el refrito a una mitad de la sartén,  la sacamos del fuego y en la otra mitad ponemos el pimentón, lo dispersamos en el aceite y mezclamos rápidamente con el refrito para que no se queme. Dejamos cocinando otro par de minutos y vertemos todo en el vaso de la batidora.

10. Añadimos al vaso de la batidora un cazo del caldo que se esté haciendo y batimos a máxima potencia hasta obtener una mezcla muy fina. Reservamos

11. Cuando el caldo lleve al menos una hora en el fuego, lo filtramos para eliminar todas las espinas y cáscaras. Podemos recuperar algunos trozos de pescado de la cabeza del rape que reservaremos para el final.

12. Ponemos el caldo limpio otra vez al fuego fuerte y le añadimos el contenido del vaso de la batidora. Dejamos hirviendo otros 10 minutos para que se integren bien los sabores.

13. Añadimos el pescado desmenuzado, los langostino enteros o cortados en dos (se harán con el calor residual) y los mejillones. Probar para rectificar de sal si es necesario (muchas veces el agua de los mejillones aporta toda la sal que necesita el plato)

14. Se puede servir así o añadiendo arroz (tardará otros 20 minutos en cocer) lo que hará el caldo más espeso y suculento.

15. A la hora de servir, espolvorear pimienta negra recién molida.





UN POCO DE CIENCIA

  • El rape es un pez de la familia de los lófidos ampliamente distribuido en todo el planeta. Suelen encontrarse semienterrados en el fondo del mar y lo más llamativo de su anatomía es su cabeza, muy grande, ancha y aplanada (suele pesar incluso más que la cola).
  • El rape es un pescado muy gelatinoso, lo que da a su carne una textura delicada y sabrosa, especialmente adecuada para este tipo de preparación.


  • Los mejillones son moluscos bivalvos de la familia de los mitílidos. Son animales filtradores que viven pegados a un sustrato. Se les encuentra principalmente en zonas intermareales.
  • La adición de arroz a esta sopa espesa notablemente el caldo, ya que el almidón que suelta el arroz absorbe agua actuando de espesante natural.
  • Es un plato delicioso que aporta una enorme variedad de nutrientes, en especial minerales y proteínas de alto valor biológico.
  • No es un plato demasiado adecuado para personas con problemas de ácido úrico, por la presencia de langostinos y mejillones que son ricos en purinas.
  • Una ración de esta suculenta sopa sólo aporta al organismo unas 250 Kcal.
  • El coste de este plato sería de aproximadamente 3 € por comensal.



La enésima salsa boloñesa auténtica

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A estas alturas del siglo XXI es difícil presumir de salsa boloñesa auténtica, sobre todo cuando pones esas palabras en el Google y te salen miles de entradas que presumen de tener la receta original. Muchos lo avalan a través de cocineros o amigos italianos (que es como decir que el hecho de ser español, por ejemplo, te convierte automáticamente en un experto en hacer paellas), algunos aseguran haber consultado en la Academia Italiana de Gastronomía del porrompompero y los más osados incluso aseguran que en su familia la salsa boloñesa es casi una religión...


La realidad es que la salsa boloñesa se puede considerar patrimonio de la humanidad y hay tantas recetas de salsa boloñesa como personas que hacen salsa boloñesa (como ocurre por ejemplo con el gazpacho). Consultando las distintas versiones se pueden sacar una serie de elementos comunes, carne picada mixta cerdo-ternera, tomate, apio, zanahoria y cebolla, muchas llevan algún elemento graso como panceta o tocino, vino tinto o blanco e incluso leche. En el tema de las especias el desacuerdo es total, casi todas llevan laurel, pero las hay con orégano, tomillo, pimienta, romero, perejil, nuez moscada, guindilla...

Aquí os presento mi receta de boloñesa, no se si es auténtica o no, para mi es la auténtica porque es la que yo hago y está buenísima, y además si queréis digo que la receta me la dio un boloñés afincado en Cádiz que la conservaba en un pergamino desde el siglo XVII o por ahí....¿quién dice que es mentira?



INGREDIENTES (Para un barreño)
  • 1 kilo de carne picada mezcla de cerdo-ternera
  • 150 gramos de tocino de jamón
  • 2 zanahorias medianas
  • 2 ramas de apio
  • 1 cebolla hermosa
  • 100 ml de coñac
  • 250 ml de vino tinto
  • 250 ml de agua
  • 1 kilo de tomates u 800 gramos de tomates enteros pelados de lata
  • 200 ml de Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
  • 2 hojas de laurel
  • Sal
  • Pimienta
  • Tomillo y orégano (opcional)


PREPARACIÓN

1. Pelar la cebolla y la zanahoria y cortarlas en trozos muy pequeños. Cortar el apio en láminas muy finas. Cortar el tocino de jamón en tiritas finas.

Los ingredientes, en improvisado homenaje a Italia

2. En una cacerola ancha ponemos el AOVE a fuego vivo. Añadimos el tocino de jamón y lo doramos ligeramente.

3. Bajamos el fuego un poco y añadimos las verduras cortadas. Mezclamos todo bien con el aceite y el tocino de jamón y rehogamos durante unos minutos.


4. Cuando la verdura esté pochadita, volvemos a subir el fuego y añadimos la carne picada, la vamos desmenuzando con un utensilio de madera hasta que esté bien integrada con el resto de los ingredientes. Añadimos sal y pimienta al gusto.



5. Cuando la carne haya perdido su color rosa, añadimos el coñac, si quieres marcarte un momento Top Chef, lo puedes flambear, si no, simplemente espera un minuto a que se evapore el alcohol.

6. Añade entonces el vino tinto, el tomate y el agua, mantén el fuego fuerte hasta llevarlo a ebullición, llegado este punto, baja el fuego y mantenlo cociendo a fuego lento durante unos 90 minutos, para reducir la mayor parte del líquido del guiso.

Este debe ser el aspecto final, jugoso pero no nadando

7. Cuando vaya llegando el final de la cocción, pruébalo para corregir de sal y pimienta si fuera necesario.



UN POCO DE CIENCIA
  • Esta deliciosa salsa boloñesa se puede preparar para infinidad de preparaciones, con pasta, empanadillas, empanadas, pizzas, musaka,... Es un éxito asegurado.
  • Todos los ingredientes se cortan de un tamaño similar, de modo que al final todo queda unificado en sabores y resulta difícil distinguir uno de otro.
  • Conceptualmente se parece más a un potaje sin legumbres que a una salsa de tomate, la larga cocción concentra y unifica los sabores.
  • Cuando añadimos el coñac o el vino, el alcohol es lo primero que se evapora, ya que lo hace a unos 80 grados de temperatura, mientras que el agua lo hace a 100 grados. No tenemos que preocuparnos de que nuestros niños se vayan a emborrachar por tomar un poco de salsa.
  • Esta salsa aguanta bastante bien la congelación, por lo que, al ser una receta laboriosa, conviene hacer bastante cantidad y repartirla en varias porciones para distintos usos.
  • Desde el punto de vista nutricional es una salsa contundente, donde predominan proteínas, por la carne, vitaminas y minerales, por las verduras, y lípidos, por el aceite de oliva. Como lo que le falta son hidratos de carbono, resulta ideal para combinar con pasta, arroz o masas.
  • El contenido energético de una ración (100 gr) de esta deliciosa salsa sería de unas 300 Kcal.
  • El precio de los ingredientes de una porción (100 g) rondaría los 0´70 €

Cocinar con niños 8: Mini-hamburguesas con queso y huevo de codorniz

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Volvemos con esta sección especialmente dedicada a la elaboración de platos sencillos y divertidos que ayuden a los niños a descubrir que la cocina es más fácil de lo que parece. En esta ocasión jugamos a las manualidades con esta deliciosa mini-hamburguesa con queso y huevo de codorniz.


Y la verdad es que jamás se me dieron bien las manualidades, para mi cortar por la línea marcada exigía un esfuerzo de concentración extenuante, y si la línea era curva, yo era capaz de convertirla en una sucesión de rectas cortitas (o no tan cortitas) que acortaban mi camino hacia el objetivo. El pegamento nunca pegaba el papel, pero siempre quedaba en mis dedos, por lo que acababa dejando marcas de suciedad por toda la cartulina. En fin, un desastre.

Pero, afortunadamente mi hija no ha heredado de mi esta falta de habilidad y le gustan absolutamente todas las tareas manuales, y además, las hace bien, motivo de más para aprovechar este filón y engancharla un poquito en la cocina.



INGREDIENTES (Para 8 hamburguesas - 4 personas) 

  • 250 gramos de carne picada mixta cerdo-ternera
  • 1 huevo de gallina
  • 1 diente de ajo
  • Un poco de pan rallado
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra molida al gusto
  • Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
  • 16 rebanadas de pan de molde
  • Unas cuantas hojas de lechuga
  • 4 lonchas de queso cheddar grandes o 8 pequeñas (tamaño tranchete)
  • 8 huevos de codorniz


PREPARACIÓN 

1. Ponemos en un bol la carne picada, el huevo de gallina, sal y pimienta al gusto y pan rallado para que la mezcla quede bien ligada. Amasamos con las manos bien limpias hasta unificar todos los ingredientes, tiene que quedar uniforme, que no se deshaga, pero no hormigón. Si vemos que no queda bien ligado, añadimos algo más de pan rallado. Este es uno de esos momentos emocionantes para los niños, les encanta meter sus manitas en la masa y trabajarla ellos mismos y es muy bueno porque aprenden a no tenerle asco al pringoteo tan necesario en la cocina.

2. A continuación, preparamos los distintos elementos del plato. Cortamos y lavamos bien la lechuga, explicando al niño la importancia de lavar la fruta y verdura. Nosotros usamos un cortapastas de 8 cm para cortar 16 círculos de pan de molde, 8 círculos de queso cheddar y preparar 8 hamburguesas no muy gruesas, todo del mismo tamaño. Si no tenéis cortapastas podéis usar un vaso grande y ayudaros con un cuchillo. Evidentemente aquí Manuela hizo todo el trabajo...


3. Ponemos en una sartén muy poco AOVE a fuego fuerte (7 de 9 en mi caso) ponemos nuestras hamburguesas, dos o tres minutos por cada lado, finalmente, le damos una última vuelta y ponemos las lonchas de queso sobre la hamburguesa caliente para que se funda.

4. Mientras tanto, tostamos los redondeles de pan de molde a nuestro gusto. Nosotros lo hicimos sólo por una cara. para que quedaran bonitos y crujientes por fuera pero blanditos por dentro.

5. Para montar la mini-hamburguesa colocamos primero un círculo de pan y le ponemos encima la lechuga.


6. Colocamos encima la hamburguesa recién hecha con el queso fundido.

7. En el último momento preparamos los huevos de codorniz. En una sartén antiadherente colocamos un poco de AOVE a fuego alto (7 de 9), cuando esté caliente vamos echando los huevos de codorniz bien separados unos de otros. En apenas un minuto y medio estarán hechos. Colocaremos los huevitos sobre la hamburguesa y listo para comer.





¿QUÉ PUEDEN HACER LOS NIÑOS? 

  • Lo primero que pueden hacer es acompañaros al mercado o al super para comprar los ingredientes, aprendiendo de este modo a valorar el coste económico y de esfuerzo que hay detrás de cada plato.
  • Como dije anteriormente, amasar es una actividad que a los niños les encanta, al principio, la carne puede provocarles cierto rechazo, pero una vez dado el paso inicial, disfrutarán de la experiencia y querrán repetir. Este es buen momento para hacerles ver la importancia de la higiene en la manipulación de los alimentos y la necesidad de conservar en el frigorífico los alimentos frescos.
  • El momento del montaje del plato es especialmente divertido para los niños, y con los cortapastas es muy sencillo. Tendrán la sensación de ser muy protagonistas de la elaboración.
  • El lavado de la lechuga puede servir para indicarles la importancia de lavar bien la fruta y verdura fresca.
  • Deja que el niño o niña haga fotos de su obra, para que se las puedan enseñar a familiares y amigos.


Bake the world 1 (Enero 2014): Naan al estilo mediterráneo

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Después de ver desfilar durante meses deliciosas recetas preparadas por amigos de otros blogs, este mes por fin me he decidido a participar en la propuesta de "Bake the world".


Pero empecemos por el principio, Bake the world es un blog fantástico montado por cuatro enamoradas del pan y demás masas para compartir, como ellas dicen, "experiencias panarras". Mensualmente lanzan una propuesta a sus seguidores para que elaboren todos su propia versión de una determinada receta y la publiquen el mismo día. Es un reto muy cómodo, porque la participación es voluntaria y no crea nada más que el estrés que uno quiera crearse, pero lo mejor de todo, es que al final de cada mes tienes un montón de versiones de la receta a la que tu te has enfrentado por lo que la experiencia compartida enriquece el conocimiento de todos los que participan.

Para este mes, la propuesta ha sido Pan Naan de la India, un pan plano que ellos preparan  en los hornos tandoor y que son ideales para acompañar todo tipo de curry. Son panes muy finos a los que hay que dar la vuelta para que ambas partes se cocinen por igual al contacto con la pared del horno que está a una temperatura muy alta. El resultado es un pan que se hincha por dentro al cocinarse y que queda como en dos capas crujientes y sabrosas.



Como es la primera vez que participo, he optado por no tomar demasiados riesgos, y mi receta se puede considerar una versión mediterránea del naan tradicional. Como obviamente no tengo un tandoor, me ha parecido que la manera más parecida de cocer el pan era en una sartén o plancha a fuego fuerte, que de algún modo puede causar un efecto parecido al que hace la pared del horno.

De entre las propuestas que nos plantearon, me he basado en la receta propuesta por el foro del pan, que me pareció la mas sencillita y resultona.



INGREDIENTES (Para 6-8 panes) 

  • 300 gramos de harina normal (10% de gluten)
  • 6 gramos de levadura fresca o 2 gramos de levadura deshidratada
  • 1 yogur natural de leche de cabra
  • 75 gramos de agua tibia
  • 5 gramos de sal
  • 2 cucharadas de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra)
  • Media cucharadita de orégano seco
  • Media cucharadita de tomillo seco
  • 50 gramos de queso de cabra (o en su defecto de queso crema tipo Philadelphia)


PREPARACIÓN 

1. En un vaso, deshacemos la levadura en el agua tibia (es especialmente importante si la levadura es seca, porque aceleramos la activación).

2. Ponemos en un bol todo el resto de los ingredientes y finalmente añadimos el agua con la levadura.


3. Mezclamos bien los ingredientes en el bol y después los amasamos durante 5 minutos. 

4. Ponemos la bola de masa en el bol, lo cubrimos con film transparente y dejemos reposar hasta que doble su volumen (a mi me llevó una hora y media).

5. Sobre una superficie enharinada, amasamos suavemente la masa para desgasar y la dividimos en 6 u 8 trozos (yo lo hice en 6 trozos)

6. Aplanando suavemente con el rodillo le vamos dando forma aproximadamente oval, y la dejamos con un grosor de unos 3 mm.

7. Ponemos una plancha antiadherente sin aceite a fuego fuerte y cuando esté bien caliente ponemos nuestra torta y bajamos un poco el fuego. En seguida veremos como se empiezan a formar unas grandes pompas en la superficie, señal de que la cosa va bien.


8. Un minuto y medio por cada lado será suficiente para que la torta quede dorada por fuera y hecha por dentro.


9. Nada más sacarla de la sartén pintamos la superficie de nuestro naan mediterráneo con AOVE, que le dará un apetecible aspecto brillante y un sabor delicioso.





UN POCO DE CIENCIA 
  • Cuando empecemos el amasado la masa será pegajosa y difícil de manejar, pero a medida que vayamos amasando y los ingredientes se van unificando se hará más manejable.
  • El tiempo de fermentación depende mucho de la temperatura ambiental. Si hace frío es buena idea calentar el horno a menos de 50 grados y meter el bol para que la fermentación se beneficie del calor residual.
  • La levadura deshidratada mantiene una viabilidad mucho mayor que la levadura fresca, por eso hay que usar aproximadamente un tercio.
  • Durante la fermentación, la levadura va consumiendo almidón y generando pequeñas burbujas de dióxido de carbono que quedan atrapadas en la masa producen al hornear la esponjosidad del pan.
  • A la hora de estirar la masa después de la fermentación verás que la consistencia es muy elástica, lo que permite un estirado muy fino.
  • Hemos reducido la cantidad de sal de la receta original porque el yogur y el queso de cabra aportan cierta salinidad.
  • Aunque se prepara naan rellenos de queso, nosotros hemos optado por incorporarlo a la masa. el resultado es que aporta un delicioso gusto de fondo.
  • Uno de nuestros naan mediterráneos aportan aproximadamente 250 Kcal.
  • El coste es de aproximadamente 0,35 € por unidad



Borriquete asado con patatas al pimentón

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Llegando el fin de semana ya se me va poniendo cuerpo de pescadito fresco del mercado, y esta semana me he hecho con dos ejemplares pequeños de borriquete, un pescado muy típico de la costa gaditana, barato (6,50 € el kilo) pero delicioso, ideal para hacerlo al horno o a la espalda. Yo, haciendo caso de la sabiduría popular de una señora que estaba esperando al lado mío en la pescadería, lo he preparado asado en el horno, relleno de ajitos fritos y perejil y sobre una cama de patata y hortalizas con un toque de pimentón de La Vera. Suena bien ¿verdad?.



Pero antes de presentar el plato es conveniente presentar a nuestro protagonista de hoy. El borriquete o burro, es un pescado blanco de la familia de los Haemúlidos que puede llegar a alcanzar los 80 cm de longitud y los 8 kilos de peso. Es frecuente encontrarlo en el Mediterráneo, pero sobre todo se pesca en el Atlántico, en especial en la costa de Cádiz, donde comunmente se le llama borriquete de Conil. Lo más característico de este pescado es que el interior de su boca es de un inconfundible color naranja brillante.

Inconfundible color naranja de la boca del borriquete

No es un pescado fácil de encontrar en el mercado, pero hoy he dado con varios ejemplares pequeños y me he hecho con dos de ellos (de 700 y 500 gramos respectivamente). Como dije antes, me he dejado aconsejar por la señora que esperaba su turno detrás de mi, que me ha dicho que ella primero pide al pescadero que se lo abra como para prepararlo a la espalda, después, ya en casa, fríe ajos cortados pequeñitos hasta que empiecen a dorarse, y los pone en el centro del pescado con un poco de perejil, luego lo cierra y al horno. Sabiduría popular, lo dicho, el resultado es fantástico....



INGREDIENTES (Para 4 personas) 

  • 2 borriquetes de unos 600 gramos cada uno (o un borriquete grande)
  • 600 gramos de patatas nuevas
  • 1 pimiento italiano
  • 1 tomate
  • Media cebolla mediana
  • 3 dientes de ajo
  • Un poco de perejil
  • Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
  • 125 ml de vino blanco
  • 125 ml de agua
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra al gusto
  • 1 cucharadita de pimentón de La Vera (yo lo uso agridulce)


PREPARACIÓN 

1. Pedimos al pescadero que nos limpie el pescado y lo prepare para hacerlo a la espada (abierto).

2. Ya en casa empezamos por preparar la cama de patatas y hortalizas. Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas de medio cm de grosor. Cortamos el pimiento en tiras y la cebolla en gajos finos. Como el pescado necesita poco tiempo de horno, "ayudaremos" a la cocción de las patatas, pimiento y cebolla friéndolos previamente en abundante aceite. No es necesario hacerlos del todo, sólo un poco para que se terminen de hacer en el horno.

3. Colocamos las patatas, tiras de pimientos y cebolla en el fondo de una bandeja apta para horno y sobre ellos colocamos el tomate cortado en rodajas. Salpimentamos al gusto, espolvoreamos el pimentón por toda la superficie y añadimos el vino blanco y el agua para que no se sequen las patatas durante la cocción en el horno.


4. Ponemos un poco de AOVE en una sartén a fuego medio alto y freímos dos dientes de ajo picados. Cuando empiecen a dorarse los sacamos y reservamos.

5. Enjuagamos bien el pescado y lo abrimos. Sobre una de las mitades repartimos los ajos fritos, añadimos perejil, sal y pimienta negra y pintamos con el aceite de haber frito los ajos.


6. Cerramos los pescados y los colocamos sobre la cama de patatas y hortalizas. Picamos muy fino el otro diente de ajo y lo distribuimos por la superficie de los pescados, añadimos también perejil, sal y pimienta y pintamos con aceite de oliva.

7. Precalentamos el horno a 180 grados, metemos la bandeja y la dejamos horneando unos 20-25 minutos (el tiempo va a depender del tamaño del pescado.





UN POCO DE CIENCIA 

  • El borriquete suele encontrarse cerca del fondo del mar, porque es allí donde suele buscar su alimento, especialmente gusanos.
  • Se les encuentra formando bancos de ejemplares de tamaño similar y su pesca se realiza tanto con anzuelo como con redes de enmalle.
  • El borriquete es un pescado bajo en grasas, y entre las presentes destacan las mas saludables, las insaturadas.
  • Aporta proteínas de alto valor biológico.
  • El conjunto del plato es sabrosísimo, la carne del borriquete absorbe muy bien los sabores por lo que el relleno de ajo frito y perejil enriquece notablemente el pescado. La guarnición es deliciosa y el sabor ahumado del pimentón pone el contrapunto ideal al del pescado.
  • Una ración de este borriquete asado con su guarnición aporta aproximadamente 350 Kcal
  • El coste aproximado estaría en torno a 2,80 € por comensal.


OTROS ENLACES QUE QUIZÁS TE INTERESEN 

Cenas fulleras 10: Risotto con trufa y setas (marca Carrefour)

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Retomamos esta sección con un experimento de alto riesgo, un plato en el que el margen de intervención es prácticamente nulo y en el que el buen hacer del fabricante será el que determine si el producto entra o no a formar parte de nuestra despensa fullera, se trata del Risotto con trufas y setas de la marca blanca de supermercados Carrefour.



Este risotto se presenta en formato sobre de 175 gramos, con el cual, simplemente con seguir las instrucciones obtendremos un delicioso plato para dos comensales en apenas 15 minutos. Y aunque el que yo preparé no tiene mala pinta (como podéis ver), el primer cante lo pegan con la foto de portada del sobre. Os propongo que busquéis las siete diferencias....


Seguro que os habéis percatado de que en la foto del sobre aparecen infinidad de trozos de setas, sin embargo, la realidad es bastante menos espléndida, apenas dos trocitos de seta podemos apreciar entre la masa de arroz ¿será mala suerte?....

Rápidamente acudimos a los ingredientes para corroborar la cantidad de setas utilizadas en la preparación, y allí encontramos la razón de la escasez...


El sobre contiene un 1,1% de setas (sólo champiñones, las que aparecen en la portada son unas setas modelos de otra especie contratadsa para la ocasión), haciendo un sencillo cálculo (175g x 1,1/100) descubrimos que han utilizado la friolera de 1,92 gramos, o lo que es lo mismo 0.96 gramos por ración. Pero la cosa es aún peor en cuestión de trufa, 0,15%, o lo que es lo mismo, 0,26 gramazos, 0,13 por razón. Incluso valorando el elevado precio de las trufas y la eventual posibilidad de que las hubiera recogido personalmente el presidente de Carrefour con los ojos vendados y haciendo uso exclusivamente de sus testículos (y sin ningún cochino que le chive donde están), la cantidad se me antoja ridícula, más digna de un medicamento homeopático que de una receta de cocina.

Pero resulta que sorprendentemente el plato sabe a trufa. Es ahí donde entran a jugar los enigmáticos "aromas", un revelador cajón de sastre en el que cabe cualquier cosa con capacidad de alterar las características organolépticas del producto.



INGREDIENTES (Para 2 personas) 

  • 1 sobre de risotto con setas y trufa marca Carrefour
  • Agua
  • Perejil para decorar


PREPARACIÓN 

1. En una cacerola ponemos la cantidad de agua indicada en el sobre y la llevamos a ebullición.

2. Añadimos el contenido del sobre y bajamos el fuego a medio-bajo. El aspecto de la preparación en este momento es de lo menos apetecible, aunque hay que reconocer que después mejora.


3. Dejamos que se cocine durante unos 15 minutos, removiendo con frecuencia. Retiramos del fuego cuando veamos que ha adquirido la consistencia adecuada.

4. Decoramos con un poco de perejil fresco picado.




UN POCO DE CIENCIA 
  • El arroz utilizado para este risotto no es de la variedad carnaroli (el más usado en este tipo de preparación), un arroz muy fino que no pierde la forma en la cocción y que tiene un alto contenido en almidón. Es precisamente la liberación de este almidón al remover lo que da a los risottos su consistencia característica. Se ha usado un arroz convencional (mucho más barato), añadiendo almidón de trigo como espesante. (muy muy fulleros).
  • Las cantidades de champiñón y trufa son absolutamente ridículas, absolutamente insuficientes para dar sabor a esta cantidad de arroz. Sólo la adición de aromas puede justificar que esto sepa a trufa.
  • Entre los ingredientes aparece como grasa el aceite de palma, un aceite poco saludable por su abundancia de ácidos grasos saturados y que se suele usar en la industria por su bajo precio.
  • No necesita la adición de queso rallado porque ya va incorporado en el polvo inicial.
  • La razón para añadir lactosa y jarabe de glucosa a esta preparación se me escapa.
  • La proteína de leche y el extracto de levadura (rico también en proteína) puede servir para enriquecer nutricionalmente el plato.
  • Pese a todo, tengo que decir que el aspecto en el plato era apetecible y su sabor bastante agradable.
  • La presencia de abundantes glúcidos (en el arroz, lactosa y jarabe de glucosa) así como del aceite de palma, desequilibra este plato en favor de los nutrientes energéticos, presentando un claro déficit de nutrientes reguladores (vitaminas y minerales). Cada ración aporta 327 Kcal.
  • Su precio sería de unos 0,75€ por comensal.
  • Después de este análisis y aunque el precio y el sabor no son malos, nos vemos obligados a prohibir la entrada de este risotto a nuestra despensa fullera, ya que queda a años luz de otros risottos de sobre (como el de Trevijano que analizamos en nuestra primera cena fullera) y parece dar prioridad al uso de ingredientes "low cost" que reducen mucho la calidad del producto.


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  • Pierna de cordero al horno con puré de patatas al romero

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    El congelador de mi casa es una especie de agujero negro donde los alimentos quedan atrapados, en ocasiones duurante eones. Como siempre está a tope, de vez en cuando hay que realizar una expedición arqueológica para aligerarlo un poco, es entonces cuando te acuerdas de ese trozo de masa de empanada que te sobró, esa tarrina de helado del cretácico o de las lentejas que te sobraron en 2003 y que congelaste para la semana siguiente.

    Pero estas sesiones de arqueología glaciar también deparan sorpresas dignas de mención. En esta ocasión salieron dos piernecitas de cordero estupendas (además de dos ventrescas de atún que pronto caerán), así que con esta receta no sólo disfrutamos de un platazo sino que además hacemos una gran labor social, liberando un montón de sitio en el congelador.

    La pierna de cordero es una pieza muy fácil de hacer al horno y el resultado es tan fantástico que merece la pena embarcarse en la aventura de prepararla aunque no lo hayas hecho antes. Si además, acompañamos el cordero de un puré de patatas casero aromatizado con romero y bañado en la propia salsa del asado, el plato alcanza la categoría de sublime.


    Por lo menos en mi casa, el cordero ha sido siempre comida de fiesta, pero hoy por hoy aunque no es una comida frecuente si que al menos nos permitimos el lujo de vez en cuando. a mi personalmente me gusta dorarlo primero y terminar de prepararlo a baja temperatura, pero eso requiere unas tres horas y media de horno. Si no dispones de tanto tiempo, te proponemos esta otra receta que esta lista en poco más de hora y media y que también da un resultado muy bueno.



    INGREDIENTES (Para 6 personas) 

    PARA EL CORDERO
    • 2 piernas de cordero (si es lechal, harán falta tres)
    • El zumo de un limón
    • 20 gramos de azúcar moreno
    • 4 ó 5 ramas de romero fresco
    • Sal al gusto
    • Pimienta al gusto
    • Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
    • Una cebolla mediana
    PARA EL PURÉ
    • I kg de patatas nuevas
    • 150 ml de leche
    • Una cucharada de mantequilla
    • Unas cuantas hojas de romero fresco
    • Sal al gusto


    PREPARACIÓN 

    1. Eliminamos de las piernas de cordero el exceso de grasa y pellejos que haya en el exterior. Precalentamos el horno a 190 grados.

    2. Untamos el fondo del recipiente para horno con AOVE, colocamos las paletillas él y  también las untamos bien de AOVE. Disolvemos el azúcar en el zumo de limón y con esta mezcla pintamos toda la superficie de la carne. Añadimos 250 ml de agua al fondo de la bandeja.

    3. Horneamos durante 45 minutos vigilando que no se quede sin agua, en ese caso, añadimos más.

    4. Sacamos la bandeja del horno, que bajaremos a 160 grados. Damos la vuelta a las piernas. Clavamos en su superficie unas cuantas ramas de romero y añadimos un par de ellas a la salsa de abajo.

    5. Disolvemos una cucharada de sal en un vaso de agua y regamos con ella la carne. Añadimos pimienta negra molida al gusto.

    6. Cortamos la cebolla en trocitos pequeños y la añadimos a la salsa.


    7. Horneamos entre 60 y 75 minutos vigilando que no se quede sin agua. Sabremos que está hecho cuando al clavar un pincho en la parte más gruesa no salga un líquido rosado o, si tienes un termómetro de asados, cuando en el centro de la pieza se alcancen los 70-72 grados (si quieres que quede bien hecho y que se separe bien del hueso)

    8. Mientras se hornea preparamos el puré. Lavamos bien el exterior de las patatas y las ponemos a cocer sin pelar en abundante agua. Tardarán entre 30 y 40 minutos dependiendo de lo gordas que sean y sabremos que están cuando al clavar un pincho, lo hacemos sin encontrar resistencia.

    9. Todavía en caliente pero intentando no quemarnos, pelamos las patatas. A continuación cortamos unas cuantas hojas de romero todo lo fino que podamos y las ponemos sobre las patatas enteras.

    10. A continuación machacamos las patatas con un tenedor, con un machacador de patatas o incluso con un pasapurés. A mí me gusta hacerlo con el tenedor porque prefiero que no quede demasiado fino, e incluso me gusta encontrarme trocitos pequeños de patata (lo que los tontajos de Top Chef llamarían puré texturizado). En cualquier caso, no se te vaya a ocurrir meterle la batidora si no quieres convertir tu puré en un pegajoso engrudo.

    11. A medida que vamos machacando, añadimos la sal, la leche y luego la mantequilla, y seguiremos en la tarea hasta que todos los ingredientes estén bien integrados y la consistencia sea cremosa y apetecible.

    12. Cuando el cordero esté listo, lo sacamos del horno, retiramos las ramas de romero de la carne y de la salsa. Sacamos las piernas de cordero a una tabla de corte. Sacamos la salsa con sus cebollitas doradas y tiernas a una salsera.


    13. Para servir, ponemos en cada plato unas tajadas carne, 3 ó 4 cucharadas de puré y bañamos conla deliciosa salsa.




    UN POCO DE CIENCIA 
    • Cuando untamos de aceite la superficie de la carne facilitamos la transmisión del calor de una manera homogénea.
    • Al disolver el azúcar moreno en limón, se produce la hidrólisis de la sacarosa en glucosa y fructosa, que reaccionan más fácilmente con los aminoácidos de las proteínas y facilitan las reacciones de Maillard, que aportarán un precioso color dorado a la carne y un delicioso sabor
    • Es importante que el asado no quede nunca en seco. el agua aporta un ambiente húmedo que evita que la carne se reseque en exceso, además, recibe todos los jugos que se van soltando y evita que se quemen en el fondo de la bandeja.
    • En esta receta doramos primero por un lado, y el otro se va dorando poco a poco.
    • Si tienes tiempo, el resultado es aún mejor si sustituimos la segunda fase de 60-75 minutos a 160 grados, por 60 minutos a 140 grados y 90 minutos más a 120 grados. Incluso se puede hacer durante 7-8 horas a 80-90 grados. La baja temperatura provoca una gelatinización lenta del colágeno, lo que, a efectos prácticos, da una carne tierna y sedosa que se deshebra sin dificultad y cuyo sabor es absolutamente delicioso.
    • Si batimos las patatas con la batidora, provocaremos la salida del almidón que al absorver agua dará al puré una desagradable textura gomosa.
    • Al añadir el romero picado a las patatas calientes antes de machacarlas provocamos que durante el proceso se libere todo el sabor de las hojas.
    • La pierna de cordero es una carne grasa, tierna y jugosa, no es la carne más adecuada desde el punto de vista nutricional, pero tampoco es pecado comerla ocasionalmente.
    • Una ración de este cordero con puré aporta al organismo unas 600 Kcal.
    • El coste de este plato es de aproximadamente 3,75 - 4 € por comensal. (Si usas cordero lechal sube bastante más)





    El aprendiz de panadero 1: Bollitos suizos

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    Dicen los que saben de esto que hacer pan artesano en casa es algo que cuando te engancha lo hace para siempre. Y os puedo asegurar que es cierto, por muchos platos sofisticados que prepares, el proceso de panificación tiene algo especial que provoca en el que lo hace una emoción muy superior.

    Es fascinante saber que utilizas bichitos vivas que mientras se alimentan trabajan para ti, es formidable la sensación que provoca el amasado, notar cómo vas doblegando a la masa, es asombroso ver cómo esa masa crece y se va llenando de sabores y matices, pero sobre todo, lo más satisfactorio es probar cómo esa obra tuya tiene algo distinto y mejor, fruto de la paciencia y del trabajo bien hecho.

    Llevo meses dándole vueltas a la posibilidad de empezar una sección nueva de panes y demás masas fermentadas y hoy por fin me he decidido. He preparado pan en casa muchas veces y he leído mucho sobre el tema, pero no se puede decir que sea un experto ni mucho menos, así que en este espacio me gustaría contaros mis aprendizajes y progresos, pero también mis dificultades y fracasos. Espero ser capaz de transmitir al menos una pequeña parte de la emoción que supone para mi.

    Y para empezar, algo facilito, bollitos suizos (también llamados bollos o panes de leche). No es la masa más fácil de trabajar, pero da un resultado fantástico en poco tiempo, y para el que esté empezando en esto puede ser una inyección de moral para afrontar retos mayores.





    INGREDIENTES (Para unos 10 bollos) 

    • 350 gramos de harina de fuerza
    • 10 gramos de levadura fresca de panadería o 4 gramos de levadura seca
    • 75 gramos de azúcar
    • 65 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
    • 80 ml de leche
    • 2 huevos XL
    • 2 yemas de huevo
    • Azúcar humedecida con unas gotas de agua, agua de azahar o anís


    PREPARACIÓN 

    1. Templamos ligeramente la leche (sin pasarnos que matamos a la levadura), le añadimos la levadura y mezclamos todo muy bien. 

    2. En un bol ponemos la harina, le añadimos el azúcar y mezclamos bien. A continuación le añadimos la leche con la levadura, la mantequilla y los huevos. 

    3. Empezamos mezclamos con una cuchara de madera y cuando empiece a costar trabajo, metemos las manos bien limpias y mezclamos para crear una masa uniforme. En esta primera fase es una masa difícil de trabajar y muy pegajosa, pero luego la cosa mejora.

    4. Enharinamos nuestra mesa de trabajo (pero sólo un poco para no alterar ´mucho la proporción de harina en la masa) y vertemos sobre ella nuestra pegajosa masa. No es raro ni que se pierda algo porque se te quede pegada en las manos ni que haya que rebañar con una cuchara o con una rasqueta de panadero para sacarlo todo del bol.

    5. Damos la vuelta a la masa para que quede cubierta de harina y comenzamos a amasar con nuestras manos. Amasaremos con fuerza, estirando y doblando varias veces la masa. A medida que vamos amasando veremos que la masa es cada vez más manejable y menos pegajosa. Seguiremos amasando hasta que no se pegue. Si después de amasar con energía 6 o 7 minutos la masa sigue pegajosa, enharinamos de nuevo ligeramente la mesa y vamos incorporando esa harina a la masa.

    6. Después de amasar, hacemos una bola con la masa, la volvemos a poner en el bol, la cubrimos con un trapo húmedo o con film transparente y la dejamos fermentando en el rincón más calentito de la casa hasta que doble su tamaño, cosa que puede durar desde una hora a bastante más tiempo en función de la temperatura ambiente.

    7. Tras doblar su tamaño la masa estará otra vez pegajosa y llena de aire. Volvemos a enharinar ligeramente nuestra mesa y volcamos allí la masa. Amasamos un poco para desgasar un poco la masa y hacerla más manejable. Dividimos en porciones de unos 60 gramos.

    8. Damos a las porciones forma de bola y las colocamos sobre un papel de horno con bastante separación, porque crecen bastante, las aplastamos un poco para que queden más bonitas. Volvemos a cubrir con un trapo húmedo y a dejar que fermente hasta que vuelvan a doblar su tamaño.

    9. Una vez que han doblado su tamaño, les hacemos un corte en el centro de parte a parte con un cuchillo muy afilado o con una cuchilla. Pintamos la superficie de los bollos con yema de huevo batida y añadimos sobre ellos una buena cantidad de azúcar ligeramente humedecida. (Se hace muy bien poniendo 3 cucharadas de azúcar en un cuenco y añadiendo unas gotas de agua, después, se mezcla todo con la yema de los dedos)

    10. Con el horno precalentado a 220 grados, horneamos 5 minutos a esta temperatura y completamos con otros 5-6 minutos a 200 grados.

    11. Cuando veamos que están bien hinchados y bien tostaditos los sacamos del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla.


    12. Hay que esperar a que se enfríen para comerlos y estarán deliciosos una hora después de sacarlos del horno. Si no los vas a consumir entonces, es mejor guardarlos en una bolsa de plástico, porque a poco que se sequen se ponen duros.




    UN POCO DE CIENCIA 
    • La harina de fuerza contiene una mayor cantidad de proteína que la normal (en torno al 12-13%), esto favorece la formación del gluten, que es el responsable de dar elasticidad y esponjosidad a las masas fermentadas.
    • Aunque a muchos les parezca una obviedad, no se debe confundir la levadura de panadería que usamos aquí (hongos unicelulares vivos) con los polvitos de Royal o del Mercadona que no son más que bicarbonato que emula en ciertas masas el efecto de la levadura de verdad.
    • Al mezclar la levadura con leche, ya sea la fresca o la seca, la sometemos a un proceso de activación. Ya sea porque está fría (la fresca) o porque está deshidratada (la seca), las levaduras se encuentran muy lejos del estado fisiológico óptimo para la fermentación. Con este sencillo paso, las acercamos a ese estado para que dicha fermentación comience en cuanto contacten con los glúcidos de la harina.
    • La temperatura de la leche no debe pasar de 40 grados, porque corremos el riesgo de matar las levaduras. En cualquier caso, la temperatura ideal estaría en torno a 28-30 grados.
    • Más adelante probaremos otras formas de amasado que nos permiten dominar masas húmedas como ésta sin necesidad de añadir más harina (pero eso ya es nivel avanzado)
    • Cada uno de estos bollitos aporta unas 240 Kcal al organismo.
    • El coste sería de unos 0,20 € por pieza.


    Porco a la alentejana (cerdo al estilo campo y playa)

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    Ya he confesado en alguna ocasión que no soy especialmente amante de las recetas "campo y playa". En mi opinión son muy pocos los platos que pasan con nota la prueba de mezclar sabores del mar y de tierra adentro, sin embargo, la primera vez que probé este plato me conquistó, cerdo, patatas y almejas en una combinación potente y sorprendente.

    Confieso que he hecho fotos mejores...

    El Alentejo es una gran región de Portugal, que ocupa aproximadamente un tercio de su territorio, por debajo de Lisboa y por encima del Algarve. Limita al este con las provincias de Huelva, Cáceres y Badajoz, pero además, posee una amplia costa con pueblecitos deliciosos. Quizás así se entiende cómo este plato de mar y montaña pretende aunar en una sola receta lo mejor del Alentejo.


    La primera vez que fuimos al Alentejo (desde Andalucía está a un tiro de piedra) reconozco que quedé impresionado con sus paisajes y con su costa, y como somos personas curiosas quisimos probar cosas típicas de la zona, así descubrimos en un pequeño restaurante del precioso pueblo costero de Vilanova Milfonte, este Porco a la Alentejana. De haber sabido que era carne con almejas creo que no lo hubiera pedido, pero desde entonces he reincidido con este plato en distintas partes de Portugal y sabía que tarde o temprano acabaría haciéndolo.

    Y es una pena porque en esta ocasión las fotos me han quedado bastante mal y no hacen justicia a lo buenísimo que estaba. La clave es que la carne hay que adobarla y dejarla macerando toda la noche, y es en ese adobo donde encontramos los elementos que ligan perfectamente la carne y las almejas, el campo y la playa, pimentón, ajo, laurel, vino blanco. El resultado es sorprendentemente armonioso y la salsa es para mojar seis teleras (XXL)



    INGREDIENTES (Para 8 personas) 
    • 1 kilo de magro de cerdo limpito de grasa y pellejos
    • Medio kilo de patatas nuevas
    • 800 gr de almejas
    • 2 tomates maduros
    • 1 cabeza de ajo
    • 1 cebolla
    • 1 hoja de laurel
    • 1/2 cucharadita de comino en grano
    • 1/2 cucharadita de orégano
    • Un puñado generoso de cilantro (si no lo soportas se puede sustituir por perejil)
    • Pimienta molida al gusto
    • 3/4 cucharadita de pimentón (del que más te guste)
    • 4 o 5 clavos
    • 100 ml de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra)
    • 100 ml de vinagre de vino que no sea muy fuerte
    • 200 ml de vino blanco
    • Sal al gusto


    PREPARACIÓN 

    PARA EL ADOBO (EL DÍA ANTERIOR)

    1. Se mezclan en el mortero los ajos pelados, el cilantro, la sal, el comino, el pimentón y el orégano y se machacan hasta obtener una pasta fina (que obviamente llevará algunos tropezones de ajo)

    Aprovecho para enseñar mi precioso mortero nuevo de mármol de Macael

    2. En un bol se ponen el AOVE, el vinagre, el laurel y 100 ml de vino, se añade el majado, se mezcla bien y se añade la carne cortada en dados de 2-3 cm. Se mezcla con las manos para repartir bien el majado, se tapa y se deja macerando toda la noche en la nevera.


    PREPARACIÓN DEL PLATO (EL MISMO DÍA)

    3. En una cacerola ancha ponemos un poco de AOVE, lo calentamos a fuego medio-alto y le añadimos la cebolla cortada fina. Cuando se ponga transparente añadimos los tomates cortados en dados pequeños y se deja refriendo a fuego medio hasta que esté todo bien pochado.

    4. Escurrimos bien la carne de todos los líquidos, añadimos el adobo completo nos quedará muy aceitoso y con mucho sabor a vinagre. Añadimos sobre el refrito, unificamos removiendo bien con un utensilio de madera, añadimos agua hasta cubrir y lo dejamos cocinando a fuego lento durante una hora u hora y cuarto.

    5. Cuando queden 10 minutos, añadimos las almejas a la cazuela para que se abran e incorporen su delicioso jugo a la salsa.

    6. Mientras tanto pelamos las patatas y las cortamos en dados de tamaño similar a la carne. Las freímos en abundante aceite.

    7. Finalmente, incorporamos las patatas al guiso, removemos con cuidado para que no se deshagan y esperamos 10 minutos con el fuego apagado para que se impregnen de los sabores del guiso.

    8. A la hora de servir se puede acompañar con gajos de limón y cilantro picado.





    UN POCO DE CIENCIA 
    • Cuando maceramos la carne no sólo conseguimos que se impregne de diferentes sabores, también ayudamos a que quede más tierna, porque distintas sustancias van actuando sobre las proteínas acelerando su hidrólisis.
    • Cualquier almeja que venga abierta debe ser descartada porque probablemente estaba ya muerta cuando fue capturada (quien sabe desde cuando)
    • Si las almejas sueltan mucho jugo en el guiso es posible que haya que reducirlo al final unos minutos a fuego vivo, cuando la salsa quede espesa y gustosa.
    • El sabor del guiso es delicioso, con mucho carácter y especiado y la salsa incita a no dejar nada en el plato.
    • Para que el aporte nutricional de este plato sea completo, debe combinarse con una ensalada de vegetales como esta, que nos proponía ayer mismo nuestra amiga Aisha.
    • El aporte energético de una ración de porco a la alentejana estaría en torno a 500 Kcal
    • El precio sería de unos 2,30 € por comensal.



    Copa de invierno

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    Por primera vez vamos a sacar una secuela de una receta anterior. Si Caballo de Troya, Rambo, Toy Story o incluso Torrente han sido capaces de alargar la saga hasta la nausea, ¿por qué no nosotros?. Así pués, después del exitazo de nuestra Copa de Otoño, llega la esperada Copa de Invierno (por supuesto, no descartamos hasta dos secuelas mas e incluso, si vemos la cosa fácil, podemos hacer copas mensuales, que se lo digan al de La guerra de las galaxias....).


    Y si hay dos frutas aquí en Andalucía que marcan tendencia en invierno esas son las fresas y las naranjas. En este postre combinamos fresón de Huelva y naranjas de San Martín del Tesorillo (Cádiz) con cremoso yogur y frutas rojas, una auténtica delicia sencilla y asequible.




    INGREDIENTES (Para 4 personas) 

    • 500 gr de fresas o fresones
    • 1 naranja y media
    • El zumo de media naranja
    • 4 yogures naturales (azucarados, edulcorados, griegos, enriquecidos, en fin, del que más te guste. Yo he usado yogures Danone azucarados, los del tarrito de cristal)
    • 50 gramos de azúcar
    • 1 lata de frutos rojos (yo he usado los del mercadona, que vienen en zumo de uva)



    PREPARACIÓN 

    1. Limpiamos bien las fresas y eliminamos las hojas y la parte blanca. Las cortamos en trozos pequeños y las ponemos en un bol.

    2. Pelamos las naranjas, eliminando toda la parte blanca y las desgajamos, cortamos cada gajo en 4 trozos y los mezclamos con las fresas.

    3. Añadimos el azúcar y el zumo de naranja, mezclamos todo bien y lo metemos en la nevera durante una hora.

    4. Con un colador grande, separamos todo el jugo de la fruta. Ponemos en un bol los cuatro yogures y los mezclamos bien con el jugo que acabamos de colar.

    5. Repartimos la fruta en 4 copas y colocamos encima el yogur mezclado con los jugos.

    6. Escurrimos bien los frutos rojos con un colador y coronamos nuestras copas con varios de ellos.


    7. Aunque de primeras, las capas quedan bastante separadas, en el momento de comerlo lo ideal es meter la cuchara hasta el fondo y fundir todo en un solo bocado.




    UN POCO DE CIENCIA 

    • Las fresas son muy ricas en vitamina C y otras sustancias antioxidadantes que se piensa pueden buenas para contrarrestar el envejecimiento y limitar el efecto de otras sustancias que favorecen el desarrollo del cáncer.
    • las fresas contienen más de un 90% de agua, apenas contienen grasas, por lo que aportan pocas calorías. Además, son ricas en ácido fólico.
    • Tanto las fresas como las naranjas aportan una buena cantidad de fibra alimentaria al organismo.
    • La naranja también es rica en vitamina C y como dato curioso, destacar su alto contenido en calcio.
    • La maceración de la fruta con azúcar favorece la salida de los jugos. El resultado es una fruta blandita y deliciosa y un estupendo almíbar en el fondo.
    • Lo mejor de este postre es la combinación de texturas y sabores, cremoso, dulce, ácido, una auténtica delicia.
    • Una copa de invierno aporta al organismo unas 250 Kcal
    • El coste sería de aproximadamente 1,25 € por comensal



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    Judiones de La Granja con almejas y langostinos

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    Rememorando a Jesús Almagro el día en que lo eliminaron de Top Chef, podría inventarme una historia sentimental sobre cómo este plato cambió mi vida. Podría contaros que mi abuelo era pescador y que mi abuela tenía un huertecito donde cultivaba un poquito de todo y que cada domingo acudíamos a su humilde cabaña de pescadores a comer con ellos lo poco que tuvieran. Y podría contaros que aún se me ponen los pelos de punta al recordar esa cazuela borboteante de judías del huerto cocinándose a fuego lento, y cómo mi abuelo llegaba con las almejas recién cogidas y las añadía directamente a la cazuela sin siquiera quitarles la tierra. Y no os quedaría más remedio que creeros que fue entonces cuando decidí que de mayor tendría un blog de cocina....

    Conmovedor, ¿verdad?. Colaría, pero seamos sinceros, en aquella época no había blogs, ni internet, y sólo existía el spectrum y además mi abuelo era carpintero y mi abuela ,que guisaba muy bien, hacía pantalones y no tenía huerto. Pero ¿hace falta alguna excusa para marcarse un platazo de judiones con almejas y langostinos como este?...



    Para este plato he usado judiones de La granja, me río yo de la humildad de esta legumbre que decía Almagro, 8 eurazos el kilo, eso si, luego el plato lo nota, porque quedan cremosas y sabrosísimas y de un tamaño espectacular. En un principio pensé hacerlas sólo con almejas, pero con la excusa de currarme un fumet para que el guiso estuviera más bueno, me hice con unos langostinos estupendos y los añadí a la preparación (con gran éxito, por cierto).

    Los judiones de La Granja parece ser que tienen su origen en Sudamérica y Centroamérica, desde donde fueron introducidos en España en el siglo XVIII como alimento para el ganado, su uso para consumo humano fue bastante posterior. Actualmente se cultivan principalmente en la provincia de Segovia y su elevado precio se debe a la combinación de dos factores, la alta calidad del producto y su pequeña producción.



    INGREDIENTES (Para 4 personas) 

    • 400 gr de judiones de La Granja
    • 500 gr de almejas
    • 250 gr de langostinos
    • Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
    • 1 cebolla mediana
    • 4 dientes de ajo
    • 1 pimiento verde mediano
    • 2 guindillas picadas muy finas o media cucharadita de chile en escamas
    • Sal al gusto
    • Una cucharadita de pimentón agridulce o mezcla de picante y dulce
    • 5 o 6 hebras de azafrán
    • 100 ml de vino blanco


    PREPARACIÓN 

    1. El día anterior ponemos en remojo los judiones con abundante agua fría y los dejaremos así unas 12 horas.

    2. También el día anterior, preparamos un caldo hirviendo durante media hora las cabezas y las cáscaras de los langostinos en un litro de agua. Colamos y reservamos en el frigorífico.

    3. A la hora de cocinar los judiones hay que tener en cuenta que se tardará unas dos horas y media en preparar el plato. Lo primero quitar el agua a los judiones, que habrán engordado una barbaridad. Los ponemos en el fondo de una cacerola ancha y aplanada.


    4. Añadimos el caldo de los langostinos y completamos con agua fría hasta que cubra a los judiones dos dedos por encima. Añadimos un buen chorro de AOVE, mezclamos todo bien y calentamos a fuego fuerte hasta que rompa a hervir.

    5. Cuando ya esté hirviendo metemos la cebolla cortada en dos partes, tres dientes de ajo pelados y el pimiento verde cortado en dos trozos (es importante que la verdura se vea para luego poder sacarla sin problemas). Dejamos así cociendo a fuego alto durante media hora. Si vemos que espumea, retiraremos con la espumadera.

    6. Pasada la media hora sacamos algo del caldo caliente en un vaso y añadimos las hebras de azafrán. removemos para que se diluyan en el caldo. lo volvemos a añadir al guiso y ponemos también el pimentón y la sal (con cuidado de no pasarnos)

    7. Bajamos el fuego a medio-bajo y dejamos que las judías se cocinen lentamente durante al menos dos horas, removiendo con cuidado con un utensilio de madera para no romperlas. Es probable que durante la cocción haya que añadir agua fría dos o tres veces para que no se queden secas.



    8. Cuando la verdura esté bien blanda (a los 45 minutos de cocción) la sacamos al vaso de la batidora, la batimos junto con un poco de caldo y alguna judía que veamos rota y las volvemos a añadir al guiso.

    9. Pasadas las dos horas probamos los judiones para ver si están tiernos y si lo están, los apartamos del fuego. Añadimos entonces los langostinos pelados para que se hagan con el calor residual, removemos cogiendo la cazuela por las asas y haciendo movimientos circulares para que no se rompan los judiones. Dejamos reposar con la tapa puesta mientras hacemos las almejas.

    10. En una sartén amplia ponemos muy poco AOVE a fuego alto, pelamos el diente de ajo que nos queda y lo cortamos en láminas para que se dore un poco sin quemarse.  Añadimos las almejas, las guindillas picadas y después el vino blanco, ponemos la tapa a la sartén y dejamos que las almejas se abran así al vapor.

    11. Cuando las almejas estén abiertas, reducimos un poco el caldo (habrán soltado mucha agua) pero tampoco del todo. Finalmente volcamos todo el contenido de la sartén en la olla principal. Nuevamente removemos con suaves movimientos sujetando por las asas para que las almejas se integren y las asalsa se mezclen bien.

    12. A la hora de servir, decoramos con perejil fresco picado.




    UN POCO DE CIENCIA 

    • Las judías forman parte de la familia de las leguminosas. Se trata de un grupo con características muy homogéneas y muy valorado por su alto contenido en proteínas (en casi todos los casos supera el 20% del peso seco)
    • Las leguminosas establecen una relación de simbiosis con bacterias fijadoras del nitrógeno del género Rhizobium. Las bacterias proporcionan a las plantas el nitrógeno que necesitan y estas a su vez aportan a las bacterias un ambiente protector y nutritivo.
    • Las leguminosas aportan al organismo una importante cantidad de fibra alimentaria.
    • Se dice que si las judías se ponen en remojo en un fumet de pescado en vez de en agua salen mucho más buenas, pero para ello hay que disponer de un buen stock de caldo de pescado o marisco en el frigorífico.
    • Es muy importante no pasarse con la sal porque tanto las almejas como los langostinos tienden a salar ligeramente el guiso.
    • El sabor de este plato es absolutamente delicioso, y el caldo espeso que se forma en el fondo es aún más rico que las judías.
    • Una ración de este contundente plato único aporta al organismo aproximadamente unas 450 Kcal.
    • El coste está en torno a 3 € por comensal.


    Coulis de fresas

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    Después de muchos días sin publicar nada, hoy volvemos con fuerzas renovadas, y lo hacemos con una entrada múltiple, tres por uno inédito hasta ahora en este blog.

    Empezaremos con una receta comodín, una de esas preparaciones que lo mismo vale para un roto que para un descosido y que nos servirá para preparar infinidad de postres. se trata del delicioso coulis de fresas.



    Los coulis son salsas claras que se obtienen a partir de purés de frutas o verduras que son pasados a través de un colador fino. El tratamiento que se le de previamente a los vegetales dependerá de cual sea el uso que queramos darle y puede incluir cocción, maceración u otras técnicas.

    Los coulís dulces, como este que proponemos hoy, tienen infinidad de usos, pueden servir como base de postres divversos (como el que se ve en la foto), pueden servir para dar sabor y color a cremas, helados o nata, pueden servir para decorar e incluso para endulzar yogures o cuajadas.

    Nuestro coulis es ideal para acompañar postres que no incorporen azúcar, porque lo hacemos a partir de un almíbar ligero que aporta todo el dulzor necesario.


    INGREDIENTES (Para unos 350 ml)

    • 250 g de fresas
    • 100 g de azúcar
    • 125 ml de agua
    • Un chorrito de zumo de limón


    PREPARACIÓN 

    1. Lavamos las fresas, le quitamos los rabitos, las troceamos y las ponemos en el vaso de la batidora. Les añadimos el zumo de limón. La adición del limón es opcional, y la cantidad a añadir variable, a mi me gusta el toque ácido que le da y me basta con la mitad del zumo de medio limón. Llegado este punto, reservamos mientras se hace el almíbar.

    2. Después preparamos el almíbar. Para ello, pondremos en un cazo el agua y el azúcar y lo pondremos a calentar a fuego medio durante 15 minutos sin dejar de remover. Al final de este proceso tendremos un líquido transparente de aspecto acuoso y el azúcar estará completamente disuelto.

    3. Añadimos el almíbar caliente al vaso de la batidora sobre las fresas con limón y esperamos cinco minutos para que las fresas se ablanden con el calor.

    4. Batimos todo con la batidora y el líquido resultante lo pasamos por un colador fino para eliminar las semillas y los restos de pulpa si los hubiera.




    UN POCO DE CIENCIA 
    • El almíbar se utiliza como conservante para frutas. Cuando introducimos frutas en almíbar se produce un intercambio osmótico, de modo que el azúcar disuelto penetra en los tejidos y, a cambio, la fruta pierde agua hasta que se alcanza un equilibrio de concentración. En estas condiciones el crecimiento bacteriano queda totalmente impedido o al menos muy dificultado (dependiendo de el porcentaje de azúcar utilizado).
    • Cuanta más azúcar contiene un almíbar mayor es su poder conservante, esto se puede conseguir o bien añadiendo un mayor porcentaje de azúcar al principio o reduciendo el agua por cocción.
    • El almíbar ligero que hacemos aquí no se usa como conservante por lo que la cantidad de azúcar es variable en función del dulzor que pretendamos conseguir.
    • Dependiendo de su consistencia, el almíbar puede ser ligero, concentrado y extraconcentrado.
    • El zumo de limón no sólo se usa para añadir sabor a la preparación, también se utiliza como antioxidante natural.
    • Esta misma receta es aplicable a una enorme variedad de frutas para obtener otros tantos coulis.
    • Este coulis de fresas tiene un sabor delicioso, dulce y ligeramente ácido. Es ideal como fondo de postres, para macerar fresas o para mezclar con nata o yogur.


    Salsa de chocolate para usar en frío

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    Nuestra segunda entrada de hoy es otra salsa que también se puede usar en muchas otras preparaciones, es una sencilla salsa de chocolate que se puede usar perfectamente a temperatura ambiente porque se mantiene líquida.


    Es el chocolate un ingrediente delicado que requiere ser tratado con mimo para no alterar sus deliciosas cualidades y obtener de él el rendimiento deseado. A la hora de calentarlo debemos hacerlo con delicadeza, poco a poco, para que mantenga su consistencia homogénea y cremosa. 

    Si queremos usarlo como cobertura no debemos superar los 30-32 grados para que no pierda brillo, si quererlos usarlo como relleno, lo mezclaremos con nata para que adquiera una consistencia cremosa y si queremos usarlo en líquido a temperatura ambiente debemos diluirlo con agua y agregarle algo de azúcar para que al enfriar no cuaje y no pierda dulzor.



    INGREDIENTES (Para unos 125 ml de salsa) 

    • 100 g de chocolate fondant del que más te guste. En este caso hemos usado uno con el 74% de cacao.
    • 50 ml de agua (admite más si lo quieres más líquido)
    • 80 ml de nata espesa (de al menos un 28% de materia grasa)
    • 10 gramos de azúcar


    PREPARACIÓN 

    1. Coloca en un cazo la nata, el agua y el azúcar y ponlo a calentar a fuego medio. Remueve con las varillas para conseguir que los ingredientes se integren bien.

    2. Cuando esté llegando al punto de ebullición, retira el cazo del fuego y añade poco a poco el chocolate troceado.

    3. Remueve con un utensilio de silicona o madera hasta obtener una crema de chocolate cremosa y brillante.

    4. Dejar enfriar a temperatura ambiente.




    UN POCO DE CIENCIA 
    • Theobroma cacao es el nombre científico del árbol del cacao, planta originaria de centroamérica de cuyas semillas se fabrica el chocolate.
    • Theobroma en griego significa "alimento de los dioses"
    • Tiene un efecto estimulante sobre el organismo, gracias a la presencia de una sustancia llamada teobromina, que aumenta los niveles de serotonina y dopamina. Este efecto se ve potenciado por la presencia de azúcar.
    • En la comunidad científica existe un debate abierto sobre otros posibles beneficios sobre la salud que se le atribuyen al cacao.
    • Esta salsa se mantiene líquida a temperatura ambiente, pero si se conserva en el frigorífico se pone bastante espesa y resulta ideal como relleno de crepes o filloas.
    • El precio de esta cantidad de salsa de chocolate sería de 1,25 € (aunque depende de la calidad del chocolate que elijas)



    Cranachan

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    Y por fin la tercera entrada de las que prometí, llevo algo de retraso, dije que saldría ayer, pero esta receta ha nacido para llegar tarde. De hecho esta receta la hice para participar en el reto de febrero de la comunidad Trotamundos de Google + y ayer mismo se publicaron los ganadores (enhorabuena a todos ellos).

    Pero aún llegando tarde no quiero dejar de presentar mi versión de este postre. Como ya os digo, la comunidad Trotamundos nos proponía este mes un viaje a Escocia y podíamos elegir entre dos opciones, un pastel de pescado para la versión salada y este pomposo Cranachan para los que optáramos por el dulce.


    Es una receta sencillita que yo me he complicado un poco. En la receta original incluye whisky, miel, copos de avena, nata, azúcar, fresas y frutos rojos. Yo me he propuesto hacerla algo más "scott", reduciendo la cantidad de dulce, aumentando algo la cantidad de whisky y añadiendo una salsa de chocolate amargo para darla un poco más de rock & roll (como diría Jordi Cruz)





    INGREDIENTES (Para 4 personas) 

    • 375 g de fresas
    • 250 ml de nata espesa para montar (al menos 32% de materia grasa)
    • 30 gramos de azúcar glass
    • 2 cucharadas de whisky escocés
    • 75 gramos de copos de avena
    • 1 bote de frutas del bosque en conserva (las hay en el mercadona)
    PARA EL COULIS DE FRESA
    • 125 g de fresas
    • 50 g de azúcar
    • 65 ml de agua
    • Un chorrito de zumo de limón
    PARA LA SALSA DE CHOCOLATE
    • 100 g de chocolate negro de al menos 70% de cacao
    • 50 ml de agua
    • 80 ml de nata 
    • 10 g de azúcar
    • 1 cucharada de whisky escocés (opcional)


    PREPARACIÓN 

    1. Preparamos el coulis de fresas tal y como se muestra en esta receta. Reservamos en el frigorífico en un recipiente cerrado.

    2. Preparamos la salsa de chocolate siguiendo la receta de este enlace. Opcionalmente puedes añadir una cucharada de whisky a la salsa. Reservamos en un recipiente tapado y a temperatura ambiente.

    3. Quitamos el rabito a las fresas, las lavamos bien y las troceamos en rodajas de unos 3 mm. Reservamos.

    4. Preparamos la nata montada. Para ello introducimos un bol amplio y las varillas en el congelador 15 minutos antes. Pasado este tiempo ponemos nuestra nata bien fría y comenzamos a batir con las varillas (con la batidora). A medida que va ganando volumen le añadimos el azúcar glass y las dos cucharadas de whisky. En aproximadamente 7 minutos tendremos nuestra nata perfectamente montada, una nata no muy dulce y con un delicioso aroma a whisky escocés.

    5. Hacemos dos agujeros en la nata y colocamos en ellos nuestras dos salsas tal como se ve en la imagen.



    6. Con un tenedor vamos extendiendo las salsas por la nata, la idea es que quede como en hebras, no mezclado dando un efecto mucho más vistoso.

    7. Escurrimos bien los frutos rojos del líquido en el que vienen. reservamos.

    7. Ponemos una sartén amplia a fuego fuerte y colocamos en ella los copos de avena. Los iremos moviendo constantemente para que se hagan por igual. Cuando estén tostados y crujientes los retiramos a un plato. Mucho cuidado porque pasan de crudos a quemados en un abrir y cerrar de ojos.


    8. En el fondo de una copa o bol colocamos una capa de fresas y la cubrimos con el coulis de fresas. Sobre ella ponemos una buena cucharada de nata montada de rayas. Ponemos unos copos de avena, unos cuantos frutos rojos y un poco de la salsa de chocolate. Repetimos otra capa de fresas, otra de nata y finalmente coronamos con una buena cantidad de copos de avena, unos frutos rojos y un poco de cada salsa.





    UN POCO DE CIENCIA 

    • Aunque la temporada de fresas va desde la primavera al verano, la mayor producción de fresas en los invernaderos de Huelva es en esta época.
    • Aunque hemos quitado de la receta original 4 cucharadas de miel y la mitad del azúcar de la nata, el coulis de fresas le aporta un delicioso dulzor que contrasta muy bien con el amargor del chocolate, con la acidez de los frutos rojos y con la nata aromatizada con whisky. El sabor recuerda algo al de la tarta selva negra (a la que se hace en Alemania, no la que ponen por aquí en muchos sitios)
    • Los copos de avena se deben tostar en el momento porque se ablandan rápidamente y pierden parte de su gracia.
    • La salsa de chocolate se espesa demasiado en el frigorífico. Si la conservas en frío deberás templarla al baño maría sin parar de remover para que el calor se reparta uniformemente.
    • Por motivos evidentes no voy a hacer un análisis nutricional de esta bomba calórica, claro exponente de que el vacaburrismo no es exclusivo de nuestro país.
    • El precio de una ración de cranachan es de aproximadamente 1,75 €



    Cenas fulleras 11: Pizza de jamón, rúcula y queso de cabra

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    Un nuevo capítulo de nuestras cenas fulleras y esta vez afrontamos un reto muy complicado, se trata de encontrar entre las miles de posibilidades de pizza fullera que hay en el mercado alguna que sea digna de triunfar en esta sección.

    Y nos hemos decidido a poner a prueba esta pizza de jamón, rúcula y queso de cabra, donde se someterán a nuestro exhaustivo ojo crítico varios productos envasados que pensamos pueden optar a formar parte de nuestra selecta colección de productos fulleros.



    El primer producto que testaremos será el combinado para 4 a 6 raciones de pizza Trattoria Alfredo (marca blanca de supermercados Lidl). Este kit se presenta en un envase que contiene por una parte la masa de la pizza y por otro, un bote con la salsa de tomate. La base, de 400 gramos, no es congelada sino refrigerada y viene cómodamente enrollada sobre un papel de horno, por lo que no necesitas ni siquiera eso. El tomate se presenta en un bote de cristal de 200 gramos que se puede sacar de la caja y guardar en la despensa.


    Probaremos también las hojas de rúcula de marca Edulis (también del Lidl) que se presenta en bolsas de 50 gramos lavadas y listas para usar.


    Usaremos también jamón curado del mismo supermercado, concretamente el que viene cortado en finas lonchas en una especie de plato de plástico (envase de 100 gramos) y tres tipos de queso, el rulo de cabra de la marca Petit Chebra (180 gramos), el grana padano de la marca Zanetti (cuña de aproximadamente 250 gramos) y la mozzarella de la marca Lovilio (de supermercados Lidl, envase de 125 gramos)




    INGREDIENTES 

    • 1 combinado para pizza "Trattoria Alfredo"
    • 100 gramos de rulo de cabra "Petit Chebra"
    • 2 paquetes de mozzarella "Lovilio"
    • 1 paquete de lonchas de jamón curado al plato (de supermercados Lidl)
    • 25 gramos de rúcula "Edulis"
    • 15 gramos de queso grana padano en lascas "Zanetti"


    PREPARACIÓN 

    1. Sacamos la masa de su envase y la estiramos sobre su propio papel de horno. En mi opinión, la masa viene algo gruesa y pequeña para la bandeja del horno, por lo que conviene enharinar una superficie de trabajo y estirar uniformemente la masa con el rodillo hasta dejarla más fina y del tamaño aproximado de la bandeja del horno. La trasladamos con cuidado a otro papel de horno nuevo.

    2. Colocamos sobre nuestra base, ya instalada en la bandeja del horno, una fina capa del tomate que trae el combinado para pizza. Si no queremos que sobresalga mucho el sabor a tomate, pondremos sólo la mitad del bote, así la próxima vez podremos comprar sólo la base (que también la venden suelta).

    3. Colocamos sobre el tomate el queso de cabra cortado en rodajas.


    4. Sacamos las bolas de mozzarella y las escurrimos bien de la salmuera en la que vienen. Las cortamos en daditos pequeños que dejaremos escurrir un par de minutos en un colador para que suelten un poco más de agua. Colocamos los trozos de mozzarella uniformemente distribuidos sobre la pizza.


    5. Precalentamos el horno a 190 grados (si tienes aire, con el aire puesto) y una vez que esté listo, dejamos sólo calor en la parte de abajo (y  apagamos el aire si lo hemos puesto antes).

    6. Colocamos nuestra pizza en el estante más bajo del horno y horneamos durante 15-20 minutos. Conseguiremos que la base quede crujiente y no se quemen los ingredientes de arriba.

    7. Mientras la pizza está en el horno, separamos las lonchas de jamón y hacemos con ellas una especie de flores, cortamos también el grana padano en lascas y tenemos a mano la rúcula.

    8. Una vez horneada la pizza, colocamos los "florones" de jamón de manera homogénea.


    9. Colocamos por encima la rúcula y finalmente las lascas de grana padano.




    UN POCO DE CIENCIA (El veredicto) 
    • Lo primero que tengo que decir (que quizás sea lo más importante) es que la pizza queda deliciosa, mucho mejor que cualquiera de las opciones alternativas que encontramos en el super. Es una cena estupenda para 4 personas (aunque en la caja pone de 4 a 6 raciones, es más bien para 4 y que no estén demasiado hambrientos), que además permite tantas variaciones como se nos antoje.
    • El hacer la masa más fina entiendo que es fundamental si queremos que quede bien y uniformemente cocida en el horno, además, así aprovechamos más la superficie para poner los ingredientes que más nos gusten.
    • El poner la pizza en la parte baja del horno y sólo con la resistencia inferior hace que demos prioridad a la cocción de la masa, mientras que los ingredientes de arriba se van haciendo (y fundiendo) poco a poco, sin quemarse.
    • Hay que tener cuidado y escurrir bien los ingredientes porque la pizza no tiene bordes y es fácil que se salga si se forma alguna burbuja y lo de arriba tiene mucho líquido. (ver parte inferior de la última imagen)
    • El jamón es mejor añadirlo en crudo, ya que es un alimento que aguanta mal el calor, quedando seco, correoso y salado. La rúcula tampoco aguanta el calor, es muy fina y se seca en seguida.
    • Comenzaré el análisis de los productos examinados por el jamón curado del Lidl. No es ninguna maravilla, pero para este tipo de preparación cumple perfectamente sin ser caro. Proporciona un punto salado muy sabroso y sus lonchas, finas y no excesivamente curadas, son muy agradables de morder. Para este tipo de preparación, le damos un notable alto.
    • El rulo de cabra "Petit Chebra" es bastante cremoso, nada granulado y para ser de cabra, no es excesivamente salado. Su composición es muy natural, sin aditivos y su sabor contrasta con la suavidad de la mozzarella y el amargor de la rúcula. Otro notable alto para este queso.
    • La mozzarella Lovilio se presenta sumergida en salmuera. Dista mucho de parecerse a la auténtica mozzarella de búfala, que es una auténtica delicia, pero con ella si que se consigue un efecto fundente más que aceptable y desde luego mucho mejor que con las que vienen ralladas. Es necesario escurrirla muy bien porque rezuman mucho líquido. El veredicto es un bien.
    • La rúcula Edulis es un producto bastante recomendable. 100% natural, se presenta en envases de 50 gramos y lista para ser usada. El único pero es que hay que consumirla rápidamente porque se estropea en seguida. Sobresaliente para la rúcula Edulis.
    • El grana padano de Zanetti es muy bueno para ser de la gama intermedia (hay otros bastante más baratos que son malísimos). Su sabor robusto y ligeramente picante dan el contrapunto perfecto al amargor de la rúcula. El veredicto es sobresaliente.
    • Dejo para el final el combinado para pizza de Trattoria Alfredo. Es el ingrediente menos saludable, porque entre los ingredientes de la masa encontramos numerosos palabros de los que uno prefiere no saber ni lo que son. Una alternativa podría ser preparar bolas de masa de pizza casera (que es muy fácil) y guardarlas en el congelador. En cualquier caso, los ingredientes usados en su elaboración son típicos en panadería industrial, y según he investigado, ninguno es sospechoso de poner en riesgo la salud. El tomate del kit es mucho más natural y su sabor (con el orégano muy marcado) es ideal para las pizzas. Un punto en contra de este producto es que no facilita ninguna información nutricional. El veredicto es aprobado para nuestra nevera fullera.
    • Como casi todas las pizzas, al contener bastante queso, peca de exceso de grasas.
    • Una ración de esta deliciosa pizza tiene un coste de unos 2 €.

    Quiche vosgienne

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    La quiche es un plato tradicional de origen francés, una tarta salada que combina tres elementos, una base de masa quebrada que sustenta la tartaleta, una mezcla de huevos y lácteos (a la que llaman migaine) que cuaja al calor del horno y un "relleno" de verduras o productos cárnicos que queda a modo de tropezones dentro de la migeine cuajada.



    Aunque efectivamente estas tartaletas se hacen en Francia al menos desde el siglo XVII, tiene marcadas influencias de la cocina alemana. De hecho, la propia palabra quiche proviene del vocablo Küchen, que significa pastel tanto en alemán como en el dialecto de la región fronteriza de Lorena situada en el noreste de Francia, de donde es originaria esta receta. Estos territorios, junto con los de Alsacia, situados más al sureste, han pasado a lo largo de la historia por etapas de dominación tanto francesa como germana y las influencias del país teutón son más que palpables en el idioma, en la cultura, en la arquitectura y por supuesto, en la gastronomía de la zona.


    La primera versión de esta tarta salada, la que se puede considerar la original es la quiche lorreine, originaria de la región de Lorena, que sólamente lleva nata y huevos. A esta sencilla receta se han ido añadiendo y variando ingredientes para crear diversas versiones del plato. La que presentamos aquí es la llamada quiche vosgienne, que procede de la zona de los Vosgos en la vecina región de Alsacia. En esta versión, la migaine se hace con huevo y nata y el relleno lleva panceta dorada y queso de gruyere. Con idea de aligerar un poco el resultado he sustituido la nata por leche evaporada (que tiene un 70% menos de grasa) y he añadido cebollino, que le da un gusto riquísimo.



    INGREDIENTES (Para 8 personas)

    • 250 ml de leche evaporada
    • 150 gramos de panceta ahumada cortada gruesa
    • 4 huevos L
    • 1 paquete de masa quebrada (brisa)
    • 100 gramos de queso rayado gruyere o emmental
    • 1 cucharada de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra)
    • Cebollino
    • Sal
    • Pimienta
    • Nuez moscada


    PREPARACIÓN 

    1. Sacamos la masa del paquete y la extendemos cuidadosamente sobre un molde redondo (yo lo he usado de 26 cm) apto para el horno. La ajustamos bien y la rematamos los bordes de la forma que más nos guste. Pinchamos con un tenedor todo el fondo de la masa para que al hornearla no se hinche.


    2. Precalentamos el horno a 170 grados y horneamos sólo la masa durante unos diez minutos (con la rejilla en el centro del horno, el calor arriba y abajo y el aire encendido, si lo tiene), vigilando que no se tueste en exceso. Debe de quedar ligeramente dorada (quizás algo menos de lo que me quedó a mi)


    3. Una vez preparada la base prepararemos el interior. Lo primero será dorar la panceta. Primero la cortamos en tiras de 0,5 cm de grosor (aproximadamente) y las freímos a fuego fuerte en un poco de AOVE. Cuando vayan poniéndose doradas las sacamos del fuego y reservamos.

    4. Batimos los cuatro huevos en un bol, añadimos sal y pimienta al gusto, un poco de nuez moscada (cuidado, que su sabor es intenso) y unas cuantas hebras de cebollino cortado finamente. Mezclamos bien, añadimos la leche evaporada, la panceta y finalmente el queso. Mezclamos todo bien para distribuir uniformemente los ingredientes.


    5. Vertemos esta mezcla en el interior de la base que horneamos anteriormente, con cuidado de que no se salga por ninguna parte.


    6. Horneamos a 170 grados durante unos 20-25 minutos, hasta que lo veamos doradito. En cualquier caso, si no quieres que te quede muy dorado (o tu horno es tan traicionero como el mío) puedes cubrir la quiche durante el horneado con papel de aluminio, y retirarlo cuando lleve 15 minutos.




    UN POCO DE CIENCIA 
    • Esta deliciosa tarta salada se puede consumir en caliente, pero si se deja enfriar y que se asiente un poco, está aún más buena (de hecho a mi me gusta más comerla fría al día siguiente)
    • La masa quebrada se puede hacer en casa sin mayor dificultad, pero si no te quieres complicar la vida, las que venden en el super dan muy buen resultado (la de aquí es de marca carrefour).
    • En este tipo de plato nos podemos permitir sustituir la nata por otros lácteos más ligeros, ya que el cuajado de la migaine se debe a la presencia del huevo, mientras que la nata aporta sabor y nutrientes. Cabe pensar que en estos platos de origen rural, la nata servíría para enriquecer nutricionalmente la receta, además de ser un producto del que dispondrían en abundancia.
    • Este plato aporta proteínas, hidratos de carbono y una cantidad de grasas algo excesiva, por lo que se debe combinar con alimentos ligeros de origen vegetal, una sopa de verdura, unos espárragos, una ensalada,...
    • Una ración de esta quiche aporta al organismo unas 375 Kcal y tiene un coste aproximado de 0,80 € por comensal


    Pollo al curry con arroz basmati

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    Hoy os presento una de esas recetas comodín que lo mismo nos servirán para un almuerzo o cena rápida como para quedar como el paladín de la cocina internacional o el rey de las especias. Esta versión sencilla de pollo al curry sobre molde de arroz basmati hará que tu naan desaparezca en un santiamén bañado en la deliciosa salsa...


    Este plato lo he preparado en base a una receta de Karlos Arguiñano, pero he cambiado dos ingredientes, uno por gusto y otro por convicción. Por gusto he cambiado cilantro por perejil, y es que, aunque a mi no me desagrada, en mi casa no le ven la gracia al cilantro y como el perejil también le va muy bien, así quedan todos satisfechos.

    Por convicción he sustituido por yogur natural la leche de coco. Se que suena un poco irracional, pero cada uno es libre de elegir sus propios Bin Ladens nutricionales y para mi lo es la leche de coco. Con su 20 % de grasas, la inmensa mayoría de ellas saturadas, y su alto contenido calórico, no es un alimento nada recomendable para el organismo. Se que se puede decir lo mismo de la nata o del queso, pero en ambos casos considero que el riesgo merece la pena, sin embargo en el caso de la leche de coco, los sustitutos aligeran el plato y le quitan algo de dulzor, lo que, en mi opinión, lo mejoran notablemente.




    INGREDIENTES (Para 4 personas) 

    • 500 gr de pechuga de pollo
    • 200 gr de arroz basmati
    • Media cebolla
    • Una zanahoria no muy grande
    • 1 diente de ajo
    • 100 gr de yogur natural no azucarado
    • El zumo de medio limón
    • Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
    • 1 cucharadita de mezcla de especias para curry (en este caso lleva cúrcuma, jengibre, comino y cardamomo)
    • Sal
    • Pimienta
    • Hojas de perejil


    PREPARACIÓN 

    1. Limpiamos el pollo y lo cortamos en daditos no muy grandes (de 1 a 1,5 cm). Lo ponemos en un bol y salpimentamos al gusto. Añadimos el curry y el zumo de limón, mezclamos bien para que las especias alcancen todos los trozos de pollo y dejamos macerar durante 30 minutos.

    2. Mientras el pollo está macerando preparamos la salsa. Lo primero es fondear una cazuela con AOVE, cortamos los ajos, la cebolla y la zanahoria en trozos pequeños y los ponemos a pochar en la cazuela a fuego medio. 

    3. Cuando empiecen a estar doraditos añadimos sal y pimienta, unas hojas de perejil, el jugo del macerado, el yogur y un vaso de agua. Mezclamos bien y dejamos que se cocine durante unos 7 minutos.

    4. Batimos la salsa con la batidora. La volvemos a colocar en la cazuela, incorporamos el pollo y lo dejamos cocinando otros 15 minutos.

    5. Mientras tanto preparamos el arroz basmati. Este arroz conviene enjuagarlo varias veces hasta que veamos que el agua queda clara. Después, lo cocemos con abundante agua durante 10-12 minutos, lo escurrimos y ya está listo para servir.

    6. Para servir, podemos hacer un molde de arroz y coronarlo con los trozos de pollo generosamente salseados. Decoramos con perejil picado.




    UN POCO DE CIENCIA 
    • El pollo es una carne muy fácil de digerir y baja en grasas (en especial la pechuga). Aunque es un poco insulso, en este tipo de guisos tan especiados absorbe muy bien los sabores y su textura resulta muy apetitosa.
    • El término curry proviene del sur de la India y significa "salsa", en general en la India llaman curry a cualquier plato cocinado con salsa y generalmente servido con arroz.
    • También llamamos curry a la mezcla de especias que usamos para elaborar estos guisos. Existen tantas mezclas de especias como podamos imaginar (casi podemos decir que no hay dos currys iguales).
    • Aunque su origen es indio, el curry se ha extendido por todo el sudeste asiático, y cada región ha desarrollado su propio estilo de cocinar curry.
    • Aquí en Europa, el uso de especias es mucho más moderado, lo que permite reconocer algo mejor los sabores de los ingredientes que conforman el plato.
    • El basmati, es un arroz de grano largo que se cultiva desde hace siglos en la India y Pakistán. Es un arroz muy rico en almidón, por lo que si queremos que los granos queden sueltos, conviene lavarlos bien antes de cocinarlos para eliminar la mayor cantidad de almidón que sea posible.
    • Con el yogur se consigue una textura similar a la que se obtiene con la leche de coco, pero da un sabor más neutro, menos dulzón, que permite que destaquen los sabores de las especias y del resto de los ingredientes.
    • Es un plato sencillo y delicioso que se cocina en un santiamén.
    • Además es un plato bastante equilibrado nutricionalmente, con pocas grasas y un buen aporte de hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y minerales.
    • Una ración de este pollo al curry aporta aproximadamente unas 350 Kcal y su coste sería de unos 1,25 € por comensal.

    Masterchef 2.1: 15 aspirantes con potencial

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    Después de unas jornadas de brutal bombardeo promocional, por fin comenzó la segunda edición de Masterchef, una temporada cargada de espectativas fundamentadas en el gran éxito de la edición anterior y en las mejoras, algunas de ellas prometidas en la promoción, que todos esperamos.

    A las diez y media, con puntualidad británica, llegó a su cita el programa. Es difícil sacar conclusiones de lo que nos mostraron, un refrito de todo el proceso selectivo previo al concurso. Si que se puede decir que el show quedó algo largo, aunque después de los lotes de publicidad de Top Chef, se agradeció al menos no ver ni un solo anuncio. Esperemos que recorten un poco el metraje de los programas y lo dejen en hora y media, porque teniendo que madrugar al día siguiente resultaría difícil de seguir.

    De entre lo visto hay muchos momentos divertidos que comentar, así que, sin más, nos metemos en faena.

    El jurado se presenta ante los 500 aspirantes. Curiosa imagen de Maribel entre las piernas de Jordi



    SELECCIÓN DE PRECANDIDATOS

    La primera media hora del programa fue un repaso, por momentos tedioso, de los pormenores de la fase selectiva. Por la fase previa, celebrada en cinco grandes capitales españolas, pasaron un rosario de personajes peculiares, hasta 9000 candidatos presentaron sus creaciones, ya todo el mudo hace espumas, reducciones, coulis y coulants, emplatados maravillosos o al menos curraillos y algunos engendros dignos de destacar. Pero sólo 500 fueron elegidos para el día D, el día de la selección de los 50 aspirantes que se la jugarían ya en el plató del programa.

    Esta "ensalada de erizo" se quedó sin premio

    Y este año los 500 aspirantes fueron convocados junto al monumento a Colón en el corazón de Barcelona. Esta vez parece que el día acompañó, no como el año pasado, en el que los aspirantes tuvieron que soportar temperaturas de -2 grados.

    Las codiciadas 50 cucharas de madera que dan entrada a la fase final

    No se apreciaron grandes diferencias en el proceso de selección con respecto al año anterior, 500 candidatos, 20 minutos para emplatar y un batallón de 44 estudiantes de cocina y exconcursantes probando y puntuando las creaciones. Poco se puede decir sobre si es adecuado o no el método, después de la experiencia de Miss Vinagre del año pasado cada vez creo menos en la equidad de este tipo de procesos selectivos y la posibilidad de enchufar a tal o cual candidato por tener determinado perfil es enorme.

    Eva Micaela prueba el plato de Churra, la nueva Maribel

    Por fin hizo aparición el jurado que observó desde un estrado como se desarrollaba la prueba. Felicitar a la realización del programa por la espectacularidad de las imágenes mostradas, en especial las de la cámara aérea, una mejoría realmente acertada, que nos hizo una idea muy aproximada de la mágnitud del chiringuito que montaron en Barcelona.

    Imagen cenital del jurado en su estrado

    A la hora de asignar las cucharas, entraron en juego los tres miembros del jurado. Con muchos menos nervios que el curso pasado y muy asentado cada uno en su correspondiente rol dieron a los concursantes la dosis de misterio necesaria para que cada premio se convirtiera en una fiesta.

    El primero en asignar cuchara fue Jordi, que depués de marear un poco la perdiz, se la entregó a una chica muy mona que no podía ni creérselo...

    Esta candidata se suena los mocos con su cuchara de madera

    Después vimos reacciones de todo tipo, en general de alegría desbordada, los agraciados se abalanzaban sobre los jueces para darles besos y abrazos, e incluso asistimos atónitos a cómo una de las candidatas exteriorizaba su alegría haciendo esto:

    ¿Qué hará esta tipa si gana?

    Continuó el desfile de personajes, de gritos, de carreras, de besos y abrazos, de historias sensibleras y decepciones mal disimuladas, así hasta completar el grupo de 50. Esta vez, por lo menos tuvieron el detalle de regalarles a cada uno de los no clasificados una suscripción de tres meses a la escuela online de masterchef. Algo es algo.

    La doble heavilona de Santiaga, que luego resulto ser una striper


    DE LOS DESCARTADOS...

    El año pasado no lo entendía y este año tampoco lo entiendo, ¿cómo se pueden asignar los delantales blancos a medida que van presentando sus creaciones? ¿y si resulta que los quince mejores son los quince últimos, o los quince primeros? Todo lo que no sea comparar todos con todos me parece que induce a pensar mal y si fueran totalmente limpios procurarían, además, parecerlo.


    Los 50 aspirantes se presentaron en el plató como el que va a lluvia de estrellas, rodeados de un montón de familiares y amigos. Disponían de 55 minutos para cocinar y 5 minutos más para emplatar delante de los jueces si fuera necesario. Fue otro acierto el hecho de cambiar la dinámica de presentación de las preparaciones dependiendo si venían ya emplatadas o no.

    De entre los que no fueron finalmente elegidos se puedes extraer varias perlas...

    Me gustó mucho Almudena, una simpática anciana cercana a los 80 años que incluso después de ser sometida a un extraño interrogatorio sobre si era o no era de Bilbao, demostró mucho desparpajo, esa retranca seria tan típicamente vasca y un saber perder digno de mucha alabanza, porque después de glosar las virtudes de sus crepes, Pepe la puso en la calle sin dar ninguna explicación medianamente razonable.

    Ella se trajo a toda su pandi

    Llamó también mucho la atención el caso de Laura, una chica muy jovencita empeñada en romper el empeño de su malvado padre para que fuera ingeniera y no cocinera. Lo tenía todo para ser una gran concursante, joven, guapa, un entorno hostil...y sorprendentemente no la cogieron (a lo mejor el padre había hablado antes con el jurado, o a lo mejor están intentando ser algo más justos que el año pasado...). En cualquier caso Jordi le abrió las puertas de su restaurante para pasarse por allí a echar un vistazo.

    El padre y la madre con distintas expectativas para su hija

    Laura, recibiendo la decepcionante noticia

    Quizás lo más friki que pasó por allí fue la doble striper de Santiaga, ante su falta de pericia como cocinera, se marcó un bailecito delante de la cocina. Pepe respondió a su manera, con un pié sobre la encimera le dijo que no servía para la cocina...


    Yo no sirvo como bailarín, tu no sirves como cocinera

    Como bien apunta e-cuervo en los comentarios, hubo un momento especialmente cruel que se podían haber ahorrado. Se presentaron un padre y un hijo de Badajoz (los Manolos) y el jurado los forzó a una rivalidad que ninguno de los dos quería, ofreciéndoles un solo delantal para uno de los dos, para después dejarlos a ambos con un palmo de narices. Crueldad intolerable...


    ...A LOS 15 ELEGIDOS

    Daremos, para terminar, un pequeño repaso a lo poco que sabemos de los quince elegidos.

    El primero fue Cristobal, un camarero de Granada que trabaja a las órdenes de su padere, el Bigotes, que además es el cocinero del local. Un tipo supernervioso, aparentemente desquiciante. un concursante ideal para poner de los nervios a cualquiera que comparta con él equipo de trabajo. Promete diversión.

    Cristobal, escoltado por el bigotes

    Después vino Vicky, una carnicera en paro de Mallorca que vio atónita cómo el mismísimo Jordi quedaba en camiseta delante de ella para despiezar en 30 segundos un pescado de grandes dimensiones. No se puede decir mucho de ella aún.

    Jordi enseñando biceps

    Y los otros dos haciendo pandilla

    Siguió el rosario de elegidos con el valenciano Daniel, demasiadas similitudes con nuestro añorado José David. Sobrado, prepotente y tan encantado de haberse conocido a sí mismo como su paisano. Es arquitecto y reside en Rotterdam y llegó a presumir en su presentación de haber cocinado en el levavajillas Podría ser perfectamente el supervillano de esta edición.

    Él ya sabía que lo iban a coger

    Tras Daniel, fueron elegidos otros dos residentes en el extranjero, por una parte Gonzalo, que ejercía de profesor de Yoga en Dubai y Lola, estudiante cordobesa afincada en Lyon. Después llegó Emil, publicista barcelonés que me pareció el más original de todos, con su gorrita a lo Fito, prometió mucho esfuerzo y reconoció que la simpatía no era su punto fuerte. Si además es extremadamente competitivo, puede ser el nuevo Cerezo.

    Emil se gusta delante de la cámara

    Después vino Mateo, un estudiante de Huesca, con la edad de Fabián y con toda la cara de un jovencito José David, presentó un postre como hubiera hecho Fabián con una presentación ultrarrecargada como hubiera hecho José David. No se si me gusta esa mezcla pero como concursante promete.

    Esta sonrisa de José Fabián Mateo, me suena haberla visto antes....

    El parecido acojona (un poco)

    Luego vinieron las dos que nos contaron su culebrón vital con pelos y señales, un poco en plan Eva Micaela, son Cristina, empresaria madrileña que acaba de dejar a su familia en Mejico y Marina, ex-asistente de dirección que ha montado una especie de "con 8 basta" en su propio domicilio. Sinceramente, no me causaron buena impresión, me gusta la gente más discreta con sus cosas.

    Cristina nos cuenta el tamaño de sus hijos

    Mención especial merece por motivos personales Jorge, doctor en Biología Molecular afincado en Segovia. Uno podría preguntarse que hace una persona tan cualificada (no olvidemos que doctor es la mayor cualificación académica que existe en España) presentándose a un concurso como este, y la respuesta la encontramos fácilmente, es tan escaso el apoyo de las instituciones al desarrollo científico en nuestro país y está descendiendo tanto la financiación que están los científicos buscando como locos opciones para no tener que marcharse a otro lugar donde se valore la importancia real de su trabajo (si os interesa el tema os recomiendo que visitéis la web de Ciencia con Futuro, donde se plantea otro modelo investigador para este país). Ánimo Jorge, cuentas con mi simpatía desde el minuto 1.

    Después llegó la DJ malagueña Lorena, que venía contando una triste historia, sus padres murieron cuando ella tenía sólo 18 años y tuvo que hacerse cargo de su hermano, allí presente. La historia debió de conmover al jurado porque pese a que su plato no les gustó, entró en el concurso.

    Tras ella, otra andaluza, jerezana, por fin una gaditana en Masterchef. Se trata de Milagrosa, dependienta de profesión que se marcó unas tagarninas esparragás muy típicas de aquí que dejaron al jurado sin ningún tipo de duda. Eso si, hubo que aguantar que al rotular su plato pusieran "tagardinas" en vez de tagarninas, que viene a ser como decir almóndiga o cocleta. Y luego somos los andaluces los que hablamos malamente, si es que....

    Mu finos para poner "esparragadas" en vez de "esparragás" pero luego...

    Después vino Churra, la más veterana del concurso con 71 años, la que está llamada a ocupar el sitio de Maribel en nuestro corazón. Tengo que decir que aquí en Andalucía esta mujer tendría que cambiar de nombre porque churra es una de las muchas maneras por las que aquí se conoce al pene, y aunque existe cierta costumbre aquí en Cádiz de llamar a los hombres "picha", jamás se nos ocurriría llamar "churra" a una mujer, y mucho menos de esa edad. 

    Pues Churra va a ser un personaje con mucho juego, por su edad y por su desparpajo, ya lo veremos. Vivió una jornada agridulce, porque primero fue eliminada, pero luego Samantha se arrepintió y la repescó in extremis.

    Samantha, no desaprovecha el momento de abrazar una Churra

    Solo falta hablar de los dos últimos, que curiosamente compartieron presentación. Primero entró Celia, una chica madrileña, técnico en radioterapia y vegana, con el seso lleno de flores y amor para dar a todo el mundo y, lo mejor de todo, una espontaneidad que promete momentos de televisión inigualables. Ella había preparado una pizza super sosa y entre eso y su dificultad a la hora de realizar ciertas pruebas, por su veganismo, llevó al jurado a pensárselo mucho antes de decidirse. Así que la aparcaron en un ladito y dieron paso al siguiente concursante...

    Celia, después de chupar medio limón

    ...Y el siguiente concursante fue Miguel Ángel, también de Madrid y funerario de profesión. Allí que aguantó el hombre sin despeinarse lo más tópico de los chistes profesionales por parte del jurado, que si se te dará bien el fiambre, que si a ti los clientes te arman mucho jaleo, etc... Preparó un atún con salmorejo que convenció al jurado (hay que decir que Celia le estaba mandando mucho amor desde su rinconcito). Pero lo peor del programa vino entonces. Pepe se vino arriba y propuso a Celia que si quería entrar en Masterchef tendría que probar el atún de Miguel Ángel. Con mucho reparo ella aceptó el reto, primero le hizo un ritual en el que agradecía al atún haber sacrificado su vida para ser comido por ellos y luego, tras muchas dudas, metió la cuchara en el plato y se la levó a la boca.

    Celia pasando su particular penitencia

    Después, a Pepe se le llenó la boca diciendo que respetaba profundamente las convicciones de cada uno y tal y cual, pero si en vez de ser una vegana medio majarona hubiera sido una musulmana ¿le habría obligado a comer cerdo? Seguro que no. El respeto de verdad no se demuestra con palabras, sino con hechos y donde Pepe dijo respetar, cometió en realidad la peor de las faltas de respeto, poner a la concursante en el chantaje emocional de elegir entre su ilusión y sus convicciones.


    ¿Y AHORA QUÉ?

    Pues con este plantel contamos para cubrir las próximas semanas. A mi personalmente me gustaría un cambio más al estilo de Masterchef Australia, donde las masterclasses van completas en el programa y donde realmente se aprenden técnicas y trucos de cocina.

    Veo al jurado cómodo, cada uno en su papel. La que más ha cambiado ha sido Samantha, que al parecer pretende perder su clásica rigidez y convertirse en un animal tierno o despiadado según el momento.

    Pepe, haciendo de Pepe

    Para el próximo programa ya iremos conociendo un poco a los concursantes y podremos comprobar las aptitudes y las actitudes de unos y otros. Os espero aquí.


    ESTE SITIO UTILIZA CAPTURAS DE PANTALLA DE LA EMISIÓN ORIGINAL DEL PROGRAMA QUE SOLAMENTE SE USAN COMO APOYO VISUAL A LA TEMÁTICA COMENTADA, EN NINGÚN CASO CON ÁNIMO DE LUCRO.

    Crème brûlée

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    Hoy terminan las vacaciones de semana santa, y como el domingo ha salido lluvioso, se antoja un día ideal para preparar alguna recetilla de esas que guardas en la recámara. Yo he optado por el dulce y he preparado una deliciosa crème brûlée.


    Aunque como suele ocurrir en estos casos, existe cierta controversia sobre el origen de este postre, si que se sabe a ciencia cierta que en Francia se hace al menos desde mitades del siglo XVII, ya que en 1651 se publicó con el nombre de "huevos a la crema" en un libro de recetas titulado "El cocinero francés", escrito por François Pierre de la Varenne.


    Es un postre cremoso y delicado que se hace con una base de nata, yemas de huevo y azúcar que se hornea y se corona con una capa de crujiente y dorado caramelo, lo que da lugar a un acabado espectacular en el que da la sensación de que la superficie del postre está quemada. (de ahí el nombre, crème brûlée significa crema quemada).

    La receta que he usado se basa en la que prepararon en Masterchef Australia, donde las masterclasses son realmente buenas y son emitidas desde el principio hasta el fin. A ver si toman nota los de aquí.


    INGREDIENTES (Para 6 personas) 

    • 6 yemas de huevo (de huevos medianos)
    • 500 ml de nata para cocinar (18% M.G.)
    • 100 ml de leche entera
    • 120 gramos de azúcar blanca
    • 1 vaina de vainilla
    • Azúcar moreno para decorar


    PREPARACIÓN 

    1. Abrimos la vaina de vainilla longitudinalmente con un cuchillo afilado, raspamos todas las semillas del interior con la hoja del cuchillo y las añadimos a una cacerola donde tendremos la nata y la leche. Añadimos también la vaina. Ponemos a calentar la mezcla de leche, nata y vainilla para escaldarla, es decir, la calentamos justo hasta el momento que vaya a hervir y entonces la retiramos del fuego. Dejamos enfriar 15 minutos para que la vainilla suelte todo su sabor.

    2. Mientras que se enfría, separamos las yemas de las claras. Ponemos en un bol las yemas junto con el azúcar y las mezclamos con las varillas manuales hasta que estén bien blanqueadas.

    3. Vertemos la mezcla caliente sobre las yemas y el azúcar y removemos con las varillas para obtener una mezcla homogénea. Pasamos la mezcla por un colador para eliminar los restos de vainilla o algún grumo de huevo cuajado que se pueda haber formado. Distribuimos esta mezcla en 6 cuencos o tarros individuales.

    4. Precalentamos el horno a 120 grados. Preparamos un baño maría en una bandeja de horno que tenga bastante fondo. Para ello, la llenamos de agua hasta que cubra dos terceras partes de los recipientes que hayamos usado, e introducimos los tarros en ella. Horneamos durante 45 minutos. Debe estar cuajado por los lados y más blandito por el centro.

    5. Por último, hay que añadir la capa de caramelo. Si tienes un soplete de cocina. cubre la superficie con azúcar moreno y aplica el soplete hasta que caramelice. Si no dispones de soplete, se puede hacer con el grill del horno. Cubre la superficie con azúcar moreno y pon los recipientes cerca del grill solamente dos minutos. Cuidado, si te pasas y el caramelo se quema se vuelve muy amargo.

    6. Se puede tomar bien frío o justo después del caramelizado, pero sinceramente creo que gana mucho con el frío.





    UN POCO DE CIENCIA 
    • Es un postre delicioso con una consistencia muy cremosa y homogénea y esa capa de caramelo crujiente de la superficie lo hace irresistible.
    • Yo he usado nata del 18% de materia grasa y leche entera y he obtenido una consistencia parecida a la de las natillas, pero si te gusta más consistente se puede usar sólo nata y con mayor porcentaje de grasa. Cuanto mayor sea la proporción de materia grasa, más consistente saldrá.
    • Las semillas de la vainilla son la parte que aporta más sabor, por eso se extraen de la vaina y se diluyen en el líquido.
    • El baño maría es una técnica que permite mantener una temperatura controlada por debajo de los cien grados, y un reparto muy homogéneo del calor, por lo que se consiguen unos acabados fantásticos en este tipo de postres. El agua, por su elevado calor específico, mantiene la temperatura muy estable y distribuye el calor uniformemente por las paredes del tarro que usemos.
    • La superficie libre de arriba permite que la mezcla pierda algo de humedad durante el horneado y quede más consistente.
    • El azúcar moreno carameliza con más facilidad que el azúcar blanco y, al contener más humedad, es más difícil que se queme.
    • Una ración de esta deliciosa crème brûlée aporta unas 300 Kcal
    • El coste de este postre sería de unos 0,80 € por comensal



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